Los bibliotecarios cumplen un rol de gran importancia en la transmisión de conocimientos, por su papel clave en la organización y recuperación de los mismos. Por su parte, aquellos profesionales de la información que se desempeñan en el área de referencia de una biblioteca pública, son quienes en su trato diario con los usuarios posibilitan que éstos accedan a los materiales, facilitando su formación al constituirse en nexos entre los lectores y el conocimiento.
La biblioteca pública
La biblioteca pública, de acuerdo con la definición de José Martínez de Sousa –importante bibliólogo-, es una biblioteca general de carácter popular y libre, puesta al servicio de la ciudad, región o comunidad en que se encuentra emplazada, sostenida con fondos del gobierno o de la comunidad y que atiende gratuitamente a las necesidades e intereses culturales de lectores no especializados.
Básicamente, esta biblioteca debe prestar servicios de información, que satisfagan a los usuarios, funcionando como formadora de los mismos en el manejo y la utilización de la información y adaptándose a su vez a las demandas futuras. De este modo contribuye al desarrollo social y personal, creando hábitos de lectura, apoyando la educación formal o autodidacta, estimulando la creatividad, fomentando el conocimiento, facilitando el acceso a expresiones culturales, etc.
Para cumplir con sus objetivos, una biblioteca pública cuenta habitualmente con un área de recepción y de procesos técnicos, sala de lectura, área de novelas, archivo, hemeroteca, y espacio de fondo antiguo. La sala de lectura permite la consulta de materiales dentro de la biblioteca, siendo posible solicitar préstamo a domicilio de ciertos materiales, mientras que otros, como las obras de referencia y publicaciones periódicas, pueden solicitarse por un plazo breve para realizar copias de las mismas.
Usuarios y material bibliográfico
La biblioteca pública no cuenta con un tipo restringido de usuarios, sino que éstos provienen de toda la comunidad, ya que se encuentra abierta al público en general. Entre ellos es usual encontrar por ejemplo a alumnos de nivel medio, amas de casa, personas jubiladas, etc. También asisten docentes, estudiantes universitarios o profesionales, que se acercan a ella con fines recreativos o de investigación personal.
El material bibliográfico predominante consta de un fondo bibliográfico y de un buen bagaje de obras de referencia, que incluye diccionarios de la lengua española, diccionarios bilingües, diccionarios temáticos, enciclopedias, manuales de diferentes niveles educativos, textos infantiles, novelas, publicaciones periódicas, guías, anuarios, etc.
El papel del bibliotecario referencista
De acuerdo con las características de la biblioteca pública, el rol del bibliotecario de referencia consiste en posibilitar el acceso y la recuperación de la información, para lo que debe tener conocimiento de una amplia gama de temas; así, actúa como nexo entre el material y el usuario, quien necesita resolver un problema de información.
Al realizar el proceso de referencia el bibliotecario debe, una vez recepcionada la consulta, tener en cuenta el perfil del usuario, es decir, su edad, formación, idiomas que maneja, fines de la información. Además, debe tener también en cuenta el perfil temático de la consulta, que incluye los temas a considerar, el marco teórico, los límites espacio-temporales, el material a utilizar, etc. lo que determinará si la pregunta efectuada por el usuario requerirá de una búsqueda exhaustiva o informativa, retrospectiva o actual.
Una vez clasificada la consulta por medio del diálogo, el bibliotecario debe formular una estrategia de búsqueda, recurrir a los catálogos, al material del servicio de referencia, al fondo bibliográfico de la biblioteca, las publicaciones periódicas, etc., para la obtención de la respuesta y la posterior entrega de la información.
En conjunto, aquel bibliotecario referencista que se encuentra consciente de la importancia de su rol en el ámbito educativo, brindará una atención personalizada a todos y cada uno de los usuarios, creando un ambiente adecuado y proporcionando información actualizada y precisa, teniendo siempre la voluntad de ayudarlos en su camino hacia el conocimiento.
La biblioteca especializada se caracteriza, básicamente, por una particularidad temática tanto de su colección como de los servicios de información prestados, es decir, que el acento en un área o materia específica del conocimiento –así como también en sus disciplinas vinculadas- aparece como uno de sus rasgos fundamentales, implicando con ello modos distintivos de brindar sus servicios.
Los mismos son sostenidos por profesionales que cuentan con una formación también especializada, y que deben efectuar un tratamiento documental exhaustivo para poder dar respuesta a demandas de información complejas y específicas. Esto sucede debido a que dichos servicios tiene como destinatarios a usuarios cuyo perfil se acota a los ámbitos profesionales, científicos y técnicos. Así, la composición de la colección también refleja unas características particulares, con el fin de poder responder a esas demandas.
Colección: características temáticas, tipología y tratamiento de los documentos
Tomando como punto de partida este aspecto, es posible señalar una serie de diferencias entre las bibliotecas especializadas y otros tipos de bibliotecas. Dado que su colección cuenta con un carácter especializado en lo que respecta a contenidos temáticos, es posible separarla de las bibliotecas especiales, en las cuales el rasgo distintivo radica en los soportes –como por ejemplo grabaciones sonoras, películas- o en los usuarios –tal es el caso de personas con ceguera, privadas de la libertad, etc.-, sin involucrar unas limitaciones temáticas.
A su vez, la tipología de los documentos, que incluye información publicada -como publicaciones periódicas, monografías, patentes, obras de referencia especializada-, información generada por la institución de la cual dependen, literatura gris, documentos técnicos, e información disponible a través de fuentes externas, como así también su tratamiento documental de profundo nivel descriptivo, las distinguen de bibliotecas públicas y bibliotecas escolares.
La profundidad en el análisis documental es un requisito fundamental para que las bibliotecas especializadas puedan brindar sus servicios, no así en el caso de las tipologías mencionadas, cuya colección es de carácter generalista, contando con un nivel de descripción más bajo, en correspondencia con el tipo de demandas generadas por sus usuarios.
Comunidad de usuarios: perfil y demandas informativas
En lo referente a la comunidad de usuarios de las bibliotecas especializadas, se trata de expertos en su área, frecuentemente miembros de la entidad, investigadores, técnicos, con demandas complejas cuya respuesta no puede hallarse en bibliotecas enciclopédicas, a las que acude el público en general, como el caso de la biblioteca pública, o la comunidad educativa, en la biblioteca escolar. Las consultas de estos usuarios son mucho más simples, y no necesariamente se encuentran vinculadas a su actividad, ya que atienden también por ejemplo a demandas recreativas.
Servicios de información: características y particularidades
Los servicios brindados por las bibliotecas especializadas constituyen otro elemento de distinción. Los mismos se basan, además del tratamiento exhaustivo de los documentos, en un alto grado de automatización, posibilitando una recuperación rápida y eficaz, en una cooperación más estrecha con otras unidades de información, y en una actualización más constante de sus materiales, dado que la información requerida por sus usuarios circula habitualmente en documentos de creación reciente, como publicaciones periódicas, en contraposición con los fondos bibliográficos tradicionales, compuestos mayormente de libros, y que no incorporan o renuevan información con una frecuencia tan alta.
Es así que, si bien algunos de los servicios que prestan las bibliotecas especializadas son comunes a otras bibliotecas, como el servicio de referencia, préstamo, etc., se trata en este caso de servicios más específicos y complejos, incluyendo por ejemplo búsquedas en bases de datos documentales y difusión selectiva de la información.
Bibliotecario documentalista: perfil profesional
En lo relativo al perfil del profesional que se desempeña en una biblioteca especializada y, concretamente, a su formación, no resultan suficientes estudios en Bibliotecología y Documentación, sino que es igualmente requerida una formación específica en el área temática que cubre la colección de la biblioteca.
Además de esta característica distintiva, es necesario contar con sólidos conocimientos acerca de la forma y del contenido de los tipos particulares de documentos que en ella se encuentran, como por ejemplo publicaciones periódicas, patentes y otros documentos técnicos, literatura gris, etc., de modo que sea posible cumplir con las altas expectativas requeridas para su análisis y evaluación.
Dado que dichos documentos se caracterizan en muchos casos por encontrarse redactados en lengua extranjera, y accesibles a través de distintos tipos de bases de datos documentales o de cooperación mediante sistemas digitales de información, se vuelven requisitos imprescindibles el dominio de idiomas, especialmente inglés, y el manejo avanzado de diversas herramientas informáticas, necesarias para brindar servicios adecuados, como por ejemplo bases de datos, búsquedas web, redes sociales, software libre, programación, entre otros.
El impacto de las TIC en la labor del profesional bibliotecario, y la evolución cotidiana de las mismas demanda de él una actualización permanente e innovadora, para lograr no sólo cumplir con sus funciones actuales sino también desarrollar nuevos servicios que permitan a las bibliotecas especializadas responder de forma óptima a las necesidades de información cambiantes que se generan paralelamente al desarrollo de la Sociedad del Conocimiento.
En suma, no es posible concebir la formación del bibliotecario documentalista como un trayecto finito, sino como un fenómeno permanente, en constante evolución, que demanda una continuidad de los procesos de aprendizaje durante toda la vida profesional.
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