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Bibliotecología – Atria https://atriaconsultora.com Estrategias en gestión de información Thu, 11 Mar 2021 18:13:44 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.2 https://atriaconsultora.com/wp-content/uploads/2018/08/icono-100x100.png Bibliotecología – Atria https://atriaconsultora.com 32 32 Origen y evolución del concepto de Bibliografía https://atriaconsultora.com/index.php/2021/03/11/origen-y-evolucion-del-concepto-de-bibliografia/ https://atriaconsultora.com/index.php/2021/03/11/origen-y-evolucion-del-concepto-de-bibliografia/#comments Thu, 11 Mar 2021 18:05:44 +0000 https://atriaconsultora.com/?p=2024

Origen y evolución del concepto de Bibliografía

por Melisa Fuentes Kren


El concepto de Bibliografía ha adquirido diversas acepciones, utilizándose actualmente con varios criterios, para referirse a la ciencia que estudia los repertorios bibliográficos y a la técnica para elaborarlos, así como también para nombrar al producto de dicha elaboración, es decir, los repertorios.


Origen y etimología del vocablo Bibliografía

Etimológicamente, el término Bibliografía proviene del griego “biblio”, libro, y “grafía”, que significa escribir. Inicialmente se refirió a la escritura de libros a mano, e incluso a la descripción de los mismos, connotación que ha perdurado a través del tiempo.

Gloria Carrizo Sainero, profesora titular del Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Carlos III de Madrid, ubica en el siglo I la primera utilización del término, por parte del médico griego Dioscórides, autor del manual de farmacopea más difundido durante la Edad Media y el Renacimiento.


Utilización y evolución del término Bibliografía

La generalización del concepto se produciría recién hacia el siglo XVII, gracias al bibliotecario francés Gabriel Naudé, quien en 1633 tituló una lista de libros con el nombre de Bibliografía política. Desde entonces el término adquirió dicho significado. José Simón Díaz, bibliógrafo español y colaborador experto de la UNESCO, considera a esta equivalencia como la más difundida, la cual continúa detectándose incluso en la actualidad.

Hacia el siglo XVIII, conforme los criterios sobre el papel de la Bibliografía fueron evolucionando, la misma fue identificada con la ciencia de los manuscritos antiguos, del libro impreso y de los bibliógrafos. Una evidencia de ello lo constituyen distintos diccionarios de la época, en los cuales fue definida como el conocimiento e interpretación de los antiguos manuscritos.

Según Simón Díaz, el significado de la voz Bibliografía como equivalente al conocimiento de los manuscritos fue propio del concepto neoclásico fundado en la palabra griega “biblion”, la cual designaba el arte y oficio de los copistas. Sin embargo el progreso de la Paleografía y la Diplomática invalidó dicha perspectiva.

El siglo XIX consagró a la Bibliografía como ciencia del libro, extendida también a ciencia de las bibliotecas y ciencia de los repertorios. Esta concepción se asentó finalmente durante el siglo XX.


Ciencias afines: Bibliología, Biblioteconomía, Bibliotecnia y Bibliofilia

Durante el siglo XIX también se volvió necesaria la distinción entre la Bibliología y la Bibliografía, ciencia afín a esta última, la cual tiene como objetivo el estudio general del libro en sus aspectos tanto histórico como técnico, brindando conocimientos referidos a la historia del libro y su evolución, así como a la estructura y constitución del libro moderno.

Por otra parte, la Bibliografía se distingue también de otras ciencias afines como la Biblioteconomía, la Bibliotecnia y la Bibliofilia. Simón Díaz las considera como antiguos dominios que ya no le pertenecen, encontrándose bien diferenciadas, siendo disciplinas independientes y colindantes.

La Biblioteconomía consiste en un conjunto de conocimientos, tanto teóricos como técnicos, referidos a la organización y a la administración de una biblioteca, tales como los sistemas de clasificación, las técnicas de catalogación, entre otros aspectos. La Bibliografía necesita de la Biblioteconomía, ya que el trabajo bibliográfico no sería posible sin conocimientos concretos sobre los establecimientos frecuentados en lo que respecta a su historia, fondos y organización.

La Bibliotecnia, por su parte, es la ciencia relativa a la materialidad del libro, es decir, a su fabricación o elaboración. De acuerdo con un criterio más estético, se remite al arte del libro. En su relación con la Bibliografía provee a ésta de conocimientos generales en torno al proceso de edición de un libro, lo cual resulta de utilidad para la formación y la actividad de los bibliógrafos.

Por último, la Bibliofilia se centra en el amor a los libros en tanto objetos de colección, ya sea por su valor histórico o estético, y en particular por aquellos raros y únicos. En cierto momento las figuras del bibliófilo y del bibliógrafo no se hallaban bien diferenciadas; no es ese el caso en la actualidad, lo que no quita que el bibliógrafo deba ser sensible ante las características materiales de la obra con la que trabaja.


Concepto de Bibliografía según las teorías tradicional y anglosajona

En lo que respecta al ámbito académico, distintas escuelas han optado por connotaciones del concepto de Bibliografía que difieren entre sí.

La teoría tradicional o Escuela de Europa Continental considera a la Bibliografía como ciencia de los repertorios, la cual se ocupa de recopilar, describir y ordenar los escritos. Entre los teóricos destacados dentro de esta corriente se encuentran: el alemán Georg Schneider, la francesa Louise Nöelle Malclès, el italiano Attilio Mauro Caproni, y los españoles Simón Díaz, Agustín Millares Carlo y Justo García Morales.

La teoría anglosajona o Escuela Anglosajona entiende a la Bibliografía como la ciencia del libro, considerando aspectos históricos, descriptivos, analíticos, críticos y catalográficos de cada obra, y dejando a la Biblioteconomía el tratamiento técnico o clasificación. El teórico más destacado adhiriendo a esta perspectiva ha sido Theodore Besterman.


Hacia una definición actual de la Bibliografía

La mayor parte de los autores europeo-continentales aceptan la definición de Bibliografía provista por Malclès, quien considera que esta “ocupa un sector de la Bibliología o ciencia del libro y se propone buscar, identificar, descubrir y clasificar los documentos impresos, con el fin de constituir unos repertorios apropiados para facilitar el trabajo intelectual”.

Sin embargo, Carrizo Sainero plantea que esta definición debe ampliarse, entendiéndola como una parte de la ciencia de la información, dados los avances que han tenido lugar en el marco de la Sociedad de la Información. Por lo tanto, a la doble actividad de compilación y utilización de los repertorios será necesario añadir el depósito de datos, como es el caso de las bases de datos leídas por medio de un ordenador.

Así, Malclès limita a la Bibliografía al ámbito de los documentos impresos, lo cual resulta restrictivo en la actualidad. La definición del término debe avanzar hacia la inclusión de todo tipo de documentos, más allá de su soporte o de la forma en que sean accedidos.


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La utilización de bibliografías en la recuperación de información https://atriaconsultora.com/index.php/2020/05/25/la-utilizacion-de-bibliografias-en-la-recuperacion-de-informacion/ https://atriaconsultora.com/index.php/2020/05/25/la-utilizacion-de-bibliografias-en-la-recuperacion-de-informacion/#respond Mon, 25 May 2020 18:09:02 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1630

La utilización de bibliografías en la recuperación de información

por Melisa Fuentes Kren

La Bibliografía es la ciencia que estudia los repertorios bibliográficos. Estos conforman el producto del trabajo del bibliógrafo, quien, valiéndose de un conjunto de procedimientos, elabora fuentes de información que brindan a los usuarios la oportunidad de conocer todo lo que se ha escrito hasta el momento sobre una materia o asunto determinado, entre otras posibilidades.


Las fuentes de información: definición y tipología

Un gran número de investigadores han producido textos en los que analizan en detalle lo que en el ámbito de la Biblioteconomía y Documentación se denomina “fuentes de información”. Entre ellos se han destacado Josefa Sabor, Gloria Carrizo Sainero, Isabel de Torrez Ramírez e Isabel Villaseñor Rodríguez.

Esta última autora define a las fuentes de información, en su forma más genérica, como instrumentos y recursos que son empleados para satisfacer necesidades informativas, hayan o no sido creadas con dicho fin. Las mismas pueden ser utilizadas directamente por el usuario o pueden ser consultadas por un profesional de la información que con cumpla el rol de intermediario entre dichas fuentes y el usuario.

Las fuentes de información pueden clasificarse según dos tipos:

  • Directas. Sabor las define como “obras de referencia de información inmediata”, ya que la respuesta a la consulta del usuario, sea un dato factual o numérico, se encuentra contenida en ellas; consisten por lo tanto en obras que permiten la búsqueda directa de la información. Dentro de esta categoría se encuentran las enciclopedias, los diccionarios, los anuarios, las guías, los directorios, las cronologías, las fuentes estadísticas, los manuales, los tratados, entre otros.
  • Indirectas. Se trata de obras que contienen únicamente la referencia que remite al documento donde se encuentra la información buscada, es decir, sólo proporcionan información referencial. En este grupo se encuentran las obras que constituyen el objeto de estudio de la Bibliografía como ciencia, entre ellas los repertorios bibliográficos y los catálogos, que consisten en fuentes de recuperación de libros, publicaciones periódicas como revistas científicas, entre otros documentos.


Las bibliografías como fuentes de información indirecta

Las bibliografías o repertorios bibliográficos son fuentes de información imprescindibles en ámbitos de investigación como las bibliotecas universitarias y los centros de documentación. Sabor las considera como obras de referencia en el más estricto de los sentidos, sin embargo no son sinónimo de estas, ya que como se indicó anteriormente existen obras de referencia de información inmediata y otras de carácter referencial o indirecto. Dentro de esta última categoría se ubican los repertorios bibliográficos.

Estas fuentes de información poseen algunas características especiales que las distinguen de las fuentes que contienen en sí mismas las respuestas a las inquietudes informativas de los usuarios. Louise Nöelle Malclès las define como obras de consulta integradas por informaciones ordenadas de acuerdo con un sistema determinado, en las que se incorpora la descripción de un texto impreso. Así, no contienen dentro de sí respuestas sino referencias que permiten identificar y a veces también localizar ciertos documentos.

Cabe destacar que, en la actualidad, esta definición necesita ampliarse. Si bien sigue siendo válida la indicación acerca del contenido, que incluye la descripción de una lista de documentos ordenados siguiendo un sistema preestablecido, es un hecho que la evolución de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ha impactado también en la producción de documentos, por lo cual los repertorios deben incluir a todos los que considere relevantes, sin reparar en el soporte en que se encuentren.

Más allá de esta observación, es importante señalar otro aspecto de la definición de Malclès, vinculado a la técnica de compilación bibliográfica y con ello a la importancia de la aplicación al trabajo bibliográfico de reglas estrictas en la producción de los repertorios. No toda lista de libros constituye una bibliografía: como producto profesional , y de acuerdo con la afirmación de Theodore Besterman, su elaboración debe llevarse a cabo con rigor, científicamente, y siguiendo un principio ordenador constante.


Los demandantes de bibliografías y la importancia de la oferta en la actualidad

El papel que cumplen los repertorios bibliográficos es fundamental en cualquier estudio ya que, tal como manifestara Gloria Escamilla, la bibliografía es el punto de partida de todo trabajo de investigación. Entre sus demandantes se encuentran no sólo investigadores sino también docentes, educandos y otros lectores. Las bibliografías ofrecen la solución a muchas de sus necesidades de información.

Así, la oferta de repertorios bibliográficos posee una importancia vital en la actualidad, para poder acceder a las fuentes del saber en un contexto en el que la producción de documentos se ha multiplicado y en el que su acceso y difusión se ha visto considerablemente incrementado gracias al desarrollo de las TIC, que los ponen a disposición de los usuarios en una gran variedad de formatos y soportes.

Teniendo en cuenta que las redes funcionan también como fuentes de información, el papel de los repertorios debe necesariamente ser revalorizado ya que estos productos del quehacer bibliográfico pueden permitir que ese amplio abanico de recursos, un caudal de información que del mismo modo que las obras impresas forma parte del patrimonio de la humanidad, pueda ser fehacientemente recuperado por los usuarios en sus búsquedas y aplicado a sus trabajos de investigación.

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El papel del trabajo bibliográfico en el acceso al conocimiento https://atriaconsultora.com/index.php/2020/02/20/el-papel-del-trabajo-bibliografico-en-el-acceso-al-conocimiento/ https://atriaconsultora.com/index.php/2020/02/20/el-papel-del-trabajo-bibliografico-en-el-acceso-al-conocimiento/#respond Thu, 20 Feb 2020 17:46:18 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1560
El papel del trabajo bibliográfico en el acceso al conocimiento

por Melisa Fuentes Kren

El concepto de Bibliografía se refiere, entre otras acepciones, a la ciencia que estudia los repertorios bibliográficos y a la técnica para elaborarlos. Los bibliógrafos se ocupan de la ardua labor de compilarlos, creando fuentes con capacidad de satisfacer de forma indirecta las necesidades de información de muchos usuarios, al contener referencias a documentos que permiten, entre otras cosas, conocer todo lo que se ha escrito sobre un determinado asunto, lo cual facilita el trabajo de cualquier investigador.


La Bibliografía como actividad intelectual

La Bibliografía implica una actividad intelectual, es decir, un ejercicio del pensamiento que involucra las capacidades de análisis, raciocinio y reflexión. Contribuye al desarrollo de la ciencia y a la organización del conocimiento, por lo tanto existe un nexo permanente entre la Bibliografía y el saber.

José Simón Díaz, al referirse a este nexo en su obra La Bibliografía, conceptos y aplicaciones, considera que el trabajo bibliográfico de verificar una cita establece la existencia de un esquema dinámico de esfuerzo intelectual, de modo que existe así una relación entre la intención intelectual y el comportamiento bibliográfico. Desde el punto de vista de la Bibliografía filosófica, la materia bibliográfica no puede entenderse como inerte, sino que se halla estructurada en el interior del saber, siendo el bibliógrafo quien incorpora su sello individual, produciendo una circulación de cultura.


El perfil profesional del bibliógrafo

Dado el importante vínculo entre la Bibliografía y el saber, Gloria Escamilla destaca cuán fundamental resulta el hecho de que el bibliógrafo cuente, en el desarrollo de su trabajo, con aptitudes como el discernimiento, el método, la exactitud, el apego a las reglas, la regularidad y la puntualidad.

Es así que, para alcanzar resultados eficientes en la elaboración de un repertorio bibliográfico, son necesarios ciertos aspectos ya señalados por Celia Molina y María del Carmen Kravic, como una constante actitud sistemática, un claro criterio para la organización de los materiales, la acertada decisión del tema, la consideración de la función y los destinatarios del repertorio, y el sentido social del compilador o del equipo de trabajo. Todos estos aspectos implican un trabajo intelectual de parte de cada profesional.


Origen y evolución del trabajo bibliográfico

Molina y Kravic destacan como, en su origen y evolución, el trabajo del bibliógrafo comenzó siendo individual y artesanal para luego avanzar en su desarrollo, especialmente a partir de cambios producidos durante el siglo XIX en torno al trabajo en equipo, la técnica y la mecanización. Si bien el trabajo del bibliógrafo ha evolucionado, para estas autoras las bases del mismo siguen siendo aún el trabajo manual y los equipos humanos.

También es posible mencionar dos partes que siempre compondrán el trabajo bibliográfico, más allá de los cambios producidos en torno a esta actividad. Una primera parte posee específicamente carácter técnico, ya que dicho trabajo se encuentra sometido a la aplicación de ciertas reglas, muy estrictas. Por otro lado, una segunda parte implica todo aquello vinculado al bibliógrafo como individuo, quien plasma en su actividad tanto su personalidad como su cultura.


Cambios y perspectivas en la figura del bibliógrafo

El trabajo del bibliógrafo ha ido evolucionando también junto con los cambios en la imagen tradicional del bibliotecario. Inicialmente esta profesión se vinculaba a eruditos con una posición privilegiada, poseedores de todo conocimiento y custodios por excelencia de los registros escritos. Hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX se ha promovido una concepción más científica de la profesión, con nuevas tendencias en la formación de los bibliotecarios, como el enfoque práctico de Dewey y el enfoque teórico de las escuelas francesas.

A pesar de los cambios, la persistencia de una limitación en la formación profesional, orientada a una actividad determinada, ha hecho surgir la necesidad de superar el modelo tradicional, incompatible con el contexto actual. Según Adriana Viveros Fernández, es en este marco donde se produce un movimiento hacia la multifuncionalidad y la especialización.

La autora considera al bibliógrafo como un bibliotecario que realiza una combinación de funciones, con el objetivo de dar a los usuarios un servicio integral. En esta perspectiva, la American Library Association (ALA), considera como rasgos característicos de este profesional el alto conocimiento de una materia, encontrándose a cargo de la selección y evaluación del material, organizando dicho material bibliográfico y brindando un servicio de información en su especialidad.


El trabajo bibliográfico y el acceso a la información en la actualidad

Sin embargo, la figura del bibliógrafo adquiere nuevas connotaciones en el contexto de la Sociedad de la Información; la función principal será la de ayudar al usuario a acceder a la información, con independencia de su ubicación o formato. Además de la multifuncionalidad y la especialización el nuevo rol del profesional implica, como indica Sonia Gamboa Fuentes, una función intermediaria en lo que respecta también al acceso, localización y utilización de los recursos en la red, con lo cual emerge la imagen de “cibertecario”.

De este modo se hace evidente como, con el transcurso del tiempo, se ha vuelto necesario “aggionar” el trabajo bibliográfico a los nuevos contextos y las nuevas necesidades de información. Como resultado, se manifiesta una creciente tendencia a la compilación de repertorios bibliográficos que no sólo sean elaborados adecuadamente, sino que se constituyan además en fuentes idóneas para la recuperación de documentos en todos los tipos de formatos y soportes.

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El bibliotecario como educador: el papel del bibliotecario referencista en la biblioteca pública https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/15/el-bibliotecario-como-educador-el-papel-del-bibliotecario-referencista-en-la-biblioteca-publica/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/15/el-bibliotecario-como-educador-el-papel-del-bibliotecario-referencista-en-la-biblioteca-publica/#respond Thu, 15 Aug 2019 16:00:59 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1207  

El bibliotecario como educador. La importancia del servicio de referencia

por Melisa Fuentes Kren

Los bibliotecarios cumplen un rol de gran importancia en la transmisión de conocimientos, por su papel clave en la organización y recuperación de los mismos. Por su parte, aquellos profesionales de la información que se desempeñan en el área de referencia de una biblioteca pública, son quienes en su trato diario con los usuarios posibilitan que éstos accedan a los materiales, facilitando su formación al constituirse en nexos entre los lectores y el conocimiento.

La biblioteca pública
La biblioteca pública, de acuerdo con la definición de José Martínez de Sousa –importante bibliólogo-, es una biblioteca general de carácter popular y libre, puesta al servicio de la ciudad, región o comunidad en que se encuentra emplazada, sostenida con fondos del gobierno o de la comunidad y que atiende gratuitamente a las necesidades e intereses culturales de lectores no especializados.
Básicamente, esta biblioteca debe prestar servicios de información, que satisfagan a los usuarios, funcionando como formadora de los mismos en el manejo y la utilización de la información y adaptándose a su vez a las demandas futuras. De este modo contribuye al desarrollo social y personal, creando hábitos de lectura, apoyando la educación formal o autodidacta, estimulando la creatividad, fomentando el conocimiento, facilitando el acceso a expresiones culturales, etc.
Para cumplir con sus objetivos, una biblioteca pública cuenta habitualmente con un área de recepción y de procesos técnicos, sala de lectura, área de novelas, archivo, hemeroteca, y espacio de fondo antiguo. La sala de lectura permite la consulta de materiales dentro de la biblioteca, siendo posible solicitar préstamo a domicilio de ciertos materiales, mientras que otros, como las obras de referencia y publicaciones periódicas, pueden solicitarse por un plazo breve para realizar copias de las mismas.

Usuarios y material bibliográfico
La biblioteca pública no cuenta con un tipo restringido de usuarios, sino que éstos provienen de toda la comunidad, ya que se encuentra abierta al público en general. Entre ellos es usual encontrar por ejemplo a alumnos de nivel medio, amas de casa, personas jubiladas, etc. También asisten docentes, estudiantes universitarios o profesionales, que se acercan a ella con fines recreativos o de investigación personal.
El material bibliográfico predominante consta de un fondo bibliográfico y de un buen bagaje de obras de referencia, que incluye diccionarios de la lengua española, diccionarios bilingües, diccionarios temáticos, enciclopedias, manuales de diferentes niveles educativos, textos infantiles, novelas, publicaciones periódicas, guías, anuarios, etc.

El papel del bibliotecario referencista
De acuerdo con las características de la biblioteca pública, el rol del bibliotecario de referencia consiste en posibilitar el acceso y la recuperación de la información, para lo que debe tener conocimiento de una amplia gama de temas; así, actúa como nexo entre el material y el usuario, quien necesita resolver un problema de información.
Al realizar el proceso de referencia el bibliotecario debe, una vez recepcionada la consulta, tener en cuenta el perfil del usuario, es decir, su edad, formación, idiomas que maneja, fines de la información. Además, debe tener también en cuenta el perfil temático de la consulta, que incluye los temas a considerar, el marco teórico, los límites espacio-temporales, el material a utilizar, etc. lo que determinará si la pregunta efectuada por el usuario requerirá de una búsqueda exhaustiva o informativa, retrospectiva o actual.
Una vez clasificada la consulta por medio del diálogo, el bibliotecario debe formular una estrategia de búsqueda, recurrir a los catálogos, al material del servicio de referencia, al fondo bibliográfico de la biblioteca, las publicaciones periódicas, etc., para la obtención de la respuesta y la posterior entrega de la información.
En conjunto, aquel bibliotecario referencista que se encuentra consciente de la importancia de su rol en el ámbito educativo, brindará una atención personalizada a todos y cada uno de los usuarios, creando un ambiente adecuado y proporcionando información actualizada y precisa, teniendo siempre la voluntad de ayudarlos en su camino hacia el conocimiento.

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Bibliotecas especializadas: concepto y características https://atriaconsultora.com/index.php/2019/07/18/bibliotecas-especializadas-concepto-y-caracteristicas/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/07/18/bibliotecas-especializadas-concepto-y-caracteristicas/#respond Thu, 18 Jul 2019 15:02:40 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1162 Bibliotecas especializadas: concepto y características

por Melisa Fuentes Kren

La biblioteca especializada se caracteriza, básicamente, por una particularidad temática tanto de su colección como de los servicios de información prestados, es decir, que el acento en un área o materia específica del conocimiento –así como también en sus disciplinas vinculadas- aparece como uno de sus rasgos fundamentales, implicando con ello modos distintivos de brindar sus servicios.

Los mismos son sostenidos por profesionales que cuentan con una formación también especializada, y que deben efectuar un tratamiento documental exhaustivo para poder dar respuesta a demandas de información complejas y específicas. Esto sucede debido a que dichos servicios tiene como destinatarios a usuarios cuyo perfil se acota a los ámbitos profesionales, científicos y técnicos. Así, la composición de la colección también refleja unas características particulares, con el fin de poder responder a esas demandas.

Colección: características temáticas, tipología y tratamiento de los documentos

Tomando como punto de partida este aspecto, es posible señalar una serie de diferencias entre las bibliotecas especializadas y otros tipos de bibliotecas. Dado que su colección cuenta con un carácter especializado en lo que respecta a contenidos temáticos, es posible separarla de las bibliotecas especiales, en las cuales el rasgo distintivo radica en los soportes –como por ejemplo grabaciones sonoras, películas- o en los usuarios –tal es el caso de personas con ceguera, privadas de la libertad, etc.-, sin involucrar unas limitaciones temáticas.

A su vez, la tipología de los documentos, que incluye información publicada -como publicaciones periódicas, monografías, patentes, obras de referencia especializada-, información generada por la institución de la cual dependen, literatura gris, documentos técnicos, e información disponible a través de fuentes externas, como así también su tratamiento documental de profundo nivel descriptivo, las distinguen de bibliotecas públicas y bibliotecas escolares.

La profundidad en el análisis documental es un requisito fundamental para que las bibliotecas especializadas puedan brindar sus servicios, no así en el caso de las tipologías mencionadas, cuya colección es de carácter generalista, contando con un nivel de descripción más bajo, en correspondencia con el tipo de demandas generadas por sus usuarios.

Comunidad de usuarios: perfil y demandas informativas

En lo referente a la comunidad de usuarios de las bibliotecas especializadas, se trata de expertos en su área, frecuentemente miembros de la entidad, investigadores, técnicos, con demandas complejas cuya respuesta no puede hallarse en bibliotecas enciclopédicas, a las que acude el público en general, como el caso de la biblioteca pública, o la comunidad educativa, en la biblioteca escolar. Las consultas de estos usuarios son mucho más simples, y no necesariamente se encuentran vinculadas a su actividad, ya que atienden también por ejemplo a demandas recreativas.

Servicios de información: características y particularidades

Los servicios brindados por las bibliotecas especializadas constituyen otro elemento de distinción. Los mismos se basan, además del tratamiento exhaustivo de los documentos, en un alto grado de automatización, posibilitando una recuperación rápida y eficaz, en una cooperación más estrecha con otras unidades de información, y en una actualización más constante de sus materiales, dado que la información requerida por sus usuarios circula habitualmente en documentos de creación reciente, como publicaciones periódicas, en contraposición con los fondos bibliográficos tradicionales, compuestos mayormente de libros, y que no incorporan o renuevan información con una frecuencia tan alta.

Es así que, si bien algunos de los servicios que prestan las bibliotecas especializadas son comunes a otras bibliotecas, como el servicio de referencia, préstamo, etc., se trata en este caso de servicios más específicos y complejos, incluyendo por ejemplo búsquedas en bases de datos documentales y difusión selectiva de la información.

Bibliotecario documentalista: perfil profesional

En lo relativo al perfil del profesional que se desempeña en una biblioteca especializada y, concretamente, a su formación, no resultan suficientes estudios en Bibliotecología y Documentación, sino que es igualmente requerida una formación específica en el área temática que cubre la colección de la biblioteca.

Además de esta característica distintiva, es necesario contar con sólidos conocimientos acerca de la forma y del contenido de los tipos particulares de documentos que en ella se encuentran, como por ejemplo publicaciones periódicas, patentes y otros documentos técnicos, literatura gris, etc., de modo que sea posible cumplir con las altas expectativas requeridas para su análisis y evaluación.

Dado que dichos documentos se caracterizan en muchos casos por encontrarse redactados en lengua extranjera, y accesibles a través de distintos tipos de bases de datos documentales o de cooperación mediante sistemas digitales de información, se vuelven requisitos imprescindibles el dominio de idiomas, especialmente inglés, y el manejo avanzado de diversas herramientas informáticas, necesarias para brindar servicios adecuados, como por ejemplo bases de datos, búsquedas web, redes sociales, software libre, programación, entre otros.

El impacto de las TIC en la labor del profesional bibliotecario, y la evolución cotidiana de las mismas demanda de él una actualización permanente e innovadora, para lograr no sólo cumplir con sus funciones actuales sino también desarrollar nuevos servicios que permitan a las bibliotecas especializadas responder de forma óptima a las necesidades de información cambiantes que se generan paralelamente al desarrollo de la Sociedad del Conocimiento.

En suma, no es posible concebir la formación del bibliotecario documentalista como un trayecto finito, sino como un fenómeno permanente, en constante evolución, que demanda una continuidad de los procesos de aprendizaje durante toda la vida profesional.

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