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Origen y evolución del concepto de Bibliografía

por Melisa Fuentes Kren


El concepto de Bibliografía ha adquirido diversas acepciones, utilizándose actualmente con varios criterios, para referirse a la ciencia que estudia los repertorios bibliográficos y a la técnica para elaborarlos, así como también para nombrar al producto de dicha elaboración, es decir, los repertorios.


Origen y etimología del vocablo Bibliografía

Etimológicamente, el término Bibliografía proviene del griego “biblio”, libro, y “grafía”, que significa escribir. Inicialmente se refirió a la escritura de libros a mano, e incluso a la descripción de los mismos, connotación que ha perdurado a través del tiempo.

Gloria Carrizo Sainero, profesora titular del Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Carlos III de Madrid, ubica en el siglo I la primera utilización del término, por parte del médico griego Dioscórides, autor del manual de farmacopea más difundido durante la Edad Media y el Renacimiento.


Utilización y evolución del término Bibliografía

La generalización del concepto se produciría recién hacia el siglo XVII, gracias al bibliotecario francés Gabriel Naudé, quien en 1633 tituló una lista de libros con el nombre de Bibliografía política. Desde entonces el término adquirió dicho significado. José Simón Díaz, bibliógrafo español y colaborador experto de la UNESCO, considera a esta equivalencia como la más difundida, la cual continúa detectándose incluso en la actualidad.

Hacia el siglo XVIII, conforme los criterios sobre el papel de la Bibliografía fueron evolucionando, la misma fue identificada con la ciencia de los manuscritos antiguos, del libro impreso y de los bibliógrafos. Una evidencia de ello lo constituyen distintos diccionarios de la época, en los cuales fue definida como el conocimiento e interpretación de los antiguos manuscritos.

Según Simón Díaz, el significado de la voz Bibliografía como equivalente al conocimiento de los manuscritos fue propio del concepto neoclásico fundado en la palabra griega “biblion”, la cual designaba el arte y oficio de los copistas. Sin embargo el progreso de la Paleografía y la Diplomática invalidó dicha perspectiva.

El siglo XIX consagró a la Bibliografía como ciencia del libro, extendida también a ciencia de las bibliotecas y ciencia de los repertorios. Esta concepción se asentó finalmente durante el siglo XX.


Ciencias afines: Bibliología, Biblioteconomía, Bibliotecnia y Bibliofilia

Durante el siglo XIX también se volvió necesaria la distinción entre la Bibliología y la Bibliografía, ciencia afín a esta última, la cual tiene como objetivo el estudio general del libro en sus aspectos tanto histórico como técnico, brindando conocimientos referidos a la historia del libro y su evolución, así como a la estructura y constitución del libro moderno.

Por otra parte, la Bibliografía se distingue también de otras ciencias afines como la Biblioteconomía, la Bibliotecnia y la Bibliofilia. Simón Díaz las considera como antiguos dominios que ya no le pertenecen, encontrándose bien diferenciadas, siendo disciplinas independientes y colindantes.

La Biblioteconomía consiste en un conjunto de conocimientos, tanto teóricos como técnicos, referidos a la organización y a la administración de una biblioteca, tales como los sistemas de clasificación, las técnicas de catalogación, entre otros aspectos. La Bibliografía necesita de la Biblioteconomía, ya que el trabajo bibliográfico no sería posible sin conocimientos concretos sobre los establecimientos frecuentados en lo que respecta a su historia, fondos y organización.

La Bibliotecnia, por su parte, es la ciencia relativa a la materialidad del libro, es decir, a su fabricación o elaboración. De acuerdo con un criterio más estético, se remite al arte del libro. En su relación con la Bibliografía provee a ésta de conocimientos generales en torno al proceso de edición de un libro, lo cual resulta de utilidad para la formación y la actividad de los bibliógrafos.

Por último, la Bibliofilia se centra en el amor a los libros en tanto objetos de colección, ya sea por su valor histórico o estético, y en particular por aquellos raros y únicos. En cierto momento las figuras del bibliófilo y del bibliógrafo no se hallaban bien diferenciadas; no es ese el caso en la actualidad, lo que no quita que el bibliógrafo deba ser sensible ante las características materiales de la obra con la que trabaja.


Concepto de Bibliografía según las teorías tradicional y anglosajona

En lo que respecta al ámbito académico, distintas escuelas han optado por connotaciones del concepto de Bibliografía que difieren entre sí.

La teoría tradicional o Escuela de Europa Continental considera a la Bibliografía como ciencia de los repertorios, la cual se ocupa de recopilar, describir y ordenar los escritos. Entre los teóricos destacados dentro de esta corriente se encuentran: el alemán Georg Schneider, la francesa Louise Nöelle Malclès, el italiano Attilio Mauro Caproni, y los españoles Simón Díaz, Agustín Millares Carlo y Justo García Morales.

La teoría anglosajona o Escuela Anglosajona entiende a la Bibliografía como la ciencia del libro, considerando aspectos históricos, descriptivos, analíticos, críticos y catalográficos de cada obra, y dejando a la Biblioteconomía el tratamiento técnico o clasificación. El teórico más destacado adhiriendo a esta perspectiva ha sido Theodore Besterman.


Hacia una definición actual de la Bibliografía

La mayor parte de los autores europeo-continentales aceptan la definición de Bibliografía provista por Malclès, quien considera que esta “ocupa un sector de la Bibliología o ciencia del libro y se propone buscar, identificar, descubrir y clasificar los documentos impresos, con el fin de constituir unos repertorios apropiados para facilitar el trabajo intelectual”.

Sin embargo, Carrizo Sainero plantea que esta definición debe ampliarse, entendiéndola como una parte de la ciencia de la información, dados los avances que han tenido lugar en el marco de la Sociedad de la Información. Por lo tanto, a la doble actividad de compilación y utilización de los repertorios será necesario añadir el depósito de datos, como es el caso de las bases de datos leídas por medio de un ordenador.

Así, Malclès limita a la Bibliografía al ámbito de los documentos impresos, lo cual resulta restrictivo en la actualidad. La definición del término debe avanzar hacia la inclusión de todo tipo de documentos, más allá de su soporte o de la forma en que sean accedidos.


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La utilización de bibliografías en la recuperación de información https://atriaconsultora.com/index.php/2020/05/25/la-utilizacion-de-bibliografias-en-la-recuperacion-de-informacion/ https://atriaconsultora.com/index.php/2020/05/25/la-utilizacion-de-bibliografias-en-la-recuperacion-de-informacion/#respond Mon, 25 May 2020 18:09:02 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1630

La utilización de bibliografías en la recuperación de información

por Melisa Fuentes Kren

La Bibliografía es la ciencia que estudia los repertorios bibliográficos. Estos conforman el producto del trabajo del bibliógrafo, quien, valiéndose de un conjunto de procedimientos, elabora fuentes de información que brindan a los usuarios la oportunidad de conocer todo lo que se ha escrito hasta el momento sobre una materia o asunto determinado, entre otras posibilidades.


Las fuentes de información: definición y tipología

Un gran número de investigadores han producido textos en los que analizan en detalle lo que en el ámbito de la Biblioteconomía y Documentación se denomina “fuentes de información”. Entre ellos se han destacado Josefa Sabor, Gloria Carrizo Sainero, Isabel de Torrez Ramírez e Isabel Villaseñor Rodríguez.

Esta última autora define a las fuentes de información, en su forma más genérica, como instrumentos y recursos que son empleados para satisfacer necesidades informativas, hayan o no sido creadas con dicho fin. Las mismas pueden ser utilizadas directamente por el usuario o pueden ser consultadas por un profesional de la información que con cumpla el rol de intermediario entre dichas fuentes y el usuario.

Las fuentes de información pueden clasificarse según dos tipos:

  • Directas. Sabor las define como “obras de referencia de información inmediata”, ya que la respuesta a la consulta del usuario, sea un dato factual o numérico, se encuentra contenida en ellas; consisten por lo tanto en obras que permiten la búsqueda directa de la información. Dentro de esta categoría se encuentran las enciclopedias, los diccionarios, los anuarios, las guías, los directorios, las cronologías, las fuentes estadísticas, los manuales, los tratados, entre otros.
  • Indirectas. Se trata de obras que contienen únicamente la referencia que remite al documento donde se encuentra la información buscada, es decir, sólo proporcionan información referencial. En este grupo se encuentran las obras que constituyen el objeto de estudio de la Bibliografía como ciencia, entre ellas los repertorios bibliográficos y los catálogos, que consisten en fuentes de recuperación de libros, publicaciones periódicas como revistas científicas, entre otros documentos.


Las bibliografías como fuentes de información indirecta

Las bibliografías o repertorios bibliográficos son fuentes de información imprescindibles en ámbitos de investigación como las bibliotecas universitarias y los centros de documentación. Sabor las considera como obras de referencia en el más estricto de los sentidos, sin embargo no son sinónimo de estas, ya que como se indicó anteriormente existen obras de referencia de información inmediata y otras de carácter referencial o indirecto. Dentro de esta última categoría se ubican los repertorios bibliográficos.

Estas fuentes de información poseen algunas características especiales que las distinguen de las fuentes que contienen en sí mismas las respuestas a las inquietudes informativas de los usuarios. Louise Nöelle Malclès las define como obras de consulta integradas por informaciones ordenadas de acuerdo con un sistema determinado, en las que se incorpora la descripción de un texto impreso. Así, no contienen dentro de sí respuestas sino referencias que permiten identificar y a veces también localizar ciertos documentos.

Cabe destacar que, en la actualidad, esta definición necesita ampliarse. Si bien sigue siendo válida la indicación acerca del contenido, que incluye la descripción de una lista de documentos ordenados siguiendo un sistema preestablecido, es un hecho que la evolución de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ha impactado también en la producción de documentos, por lo cual los repertorios deben incluir a todos los que considere relevantes, sin reparar en el soporte en que se encuentren.

Más allá de esta observación, es importante señalar otro aspecto de la definición de Malclès, vinculado a la técnica de compilación bibliográfica y con ello a la importancia de la aplicación al trabajo bibliográfico de reglas estrictas en la producción de los repertorios. No toda lista de libros constituye una bibliografía: como producto profesional , y de acuerdo con la afirmación de Theodore Besterman, su elaboración debe llevarse a cabo con rigor, científicamente, y siguiendo un principio ordenador constante.


Los demandantes de bibliografías y la importancia de la oferta en la actualidad

El papel que cumplen los repertorios bibliográficos es fundamental en cualquier estudio ya que, tal como manifestara Gloria Escamilla, la bibliografía es el punto de partida de todo trabajo de investigación. Entre sus demandantes se encuentran no sólo investigadores sino también docentes, educandos y otros lectores. Las bibliografías ofrecen la solución a muchas de sus necesidades de información.

Así, la oferta de repertorios bibliográficos posee una importancia vital en la actualidad, para poder acceder a las fuentes del saber en un contexto en el que la producción de documentos se ha multiplicado y en el que su acceso y difusión se ha visto considerablemente incrementado gracias al desarrollo de las TIC, que los ponen a disposición de los usuarios en una gran variedad de formatos y soportes.

Teniendo en cuenta que las redes funcionan también como fuentes de información, el papel de los repertorios debe necesariamente ser revalorizado ya que estos productos del quehacer bibliográfico pueden permitir que ese amplio abanico de recursos, un caudal de información que del mismo modo que las obras impresas forma parte del patrimonio de la humanidad, pueda ser fehacientemente recuperado por los usuarios en sus búsquedas y aplicado a sus trabajos de investigación.

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El papel del trabajo bibliográfico en el acceso al conocimiento https://atriaconsultora.com/index.php/2020/02/20/el-papel-del-trabajo-bibliografico-en-el-acceso-al-conocimiento/ https://atriaconsultora.com/index.php/2020/02/20/el-papel-del-trabajo-bibliografico-en-el-acceso-al-conocimiento/#respond Thu, 20 Feb 2020 17:46:18 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1560
El papel del trabajo bibliográfico en el acceso al conocimiento

por Melisa Fuentes Kren

El concepto de Bibliografía se refiere, entre otras acepciones, a la ciencia que estudia los repertorios bibliográficos y a la técnica para elaborarlos. Los bibliógrafos se ocupan de la ardua labor de compilarlos, creando fuentes con capacidad de satisfacer de forma indirecta las necesidades de información de muchos usuarios, al contener referencias a documentos que permiten, entre otras cosas, conocer todo lo que se ha escrito sobre un determinado asunto, lo cual facilita el trabajo de cualquier investigador.


La Bibliografía como actividad intelectual

La Bibliografía implica una actividad intelectual, es decir, un ejercicio del pensamiento que involucra las capacidades de análisis, raciocinio y reflexión. Contribuye al desarrollo de la ciencia y a la organización del conocimiento, por lo tanto existe un nexo permanente entre la Bibliografía y el saber.

José Simón Díaz, al referirse a este nexo en su obra La Bibliografía, conceptos y aplicaciones, considera que el trabajo bibliográfico de verificar una cita establece la existencia de un esquema dinámico de esfuerzo intelectual, de modo que existe así una relación entre la intención intelectual y el comportamiento bibliográfico. Desde el punto de vista de la Bibliografía filosófica, la materia bibliográfica no puede entenderse como inerte, sino que se halla estructurada en el interior del saber, siendo el bibliógrafo quien incorpora su sello individual, produciendo una circulación de cultura.


El perfil profesional del bibliógrafo

Dado el importante vínculo entre la Bibliografía y el saber, Gloria Escamilla destaca cuán fundamental resulta el hecho de que el bibliógrafo cuente, en el desarrollo de su trabajo, con aptitudes como el discernimiento, el método, la exactitud, el apego a las reglas, la regularidad y la puntualidad.

Es así que, para alcanzar resultados eficientes en la elaboración de un repertorio bibliográfico, son necesarios ciertos aspectos ya señalados por Celia Molina y María del Carmen Kravic, como una constante actitud sistemática, un claro criterio para la organización de los materiales, la acertada decisión del tema, la consideración de la función y los destinatarios del repertorio, y el sentido social del compilador o del equipo de trabajo. Todos estos aspectos implican un trabajo intelectual de parte de cada profesional.


Origen y evolución del trabajo bibliográfico

Molina y Kravic destacan como, en su origen y evolución, el trabajo del bibliógrafo comenzó siendo individual y artesanal para luego avanzar en su desarrollo, especialmente a partir de cambios producidos durante el siglo XIX en torno al trabajo en equipo, la técnica y la mecanización. Si bien el trabajo del bibliógrafo ha evolucionado, para estas autoras las bases del mismo siguen siendo aún el trabajo manual y los equipos humanos.

También es posible mencionar dos partes que siempre compondrán el trabajo bibliográfico, más allá de los cambios producidos en torno a esta actividad. Una primera parte posee específicamente carácter técnico, ya que dicho trabajo se encuentra sometido a la aplicación de ciertas reglas, muy estrictas. Por otro lado, una segunda parte implica todo aquello vinculado al bibliógrafo como individuo, quien plasma en su actividad tanto su personalidad como su cultura.


Cambios y perspectivas en la figura del bibliógrafo

El trabajo del bibliógrafo ha ido evolucionando también junto con los cambios en la imagen tradicional del bibliotecario. Inicialmente esta profesión se vinculaba a eruditos con una posición privilegiada, poseedores de todo conocimiento y custodios por excelencia de los registros escritos. Hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX se ha promovido una concepción más científica de la profesión, con nuevas tendencias en la formación de los bibliotecarios, como el enfoque práctico de Dewey y el enfoque teórico de las escuelas francesas.

A pesar de los cambios, la persistencia de una limitación en la formación profesional, orientada a una actividad determinada, ha hecho surgir la necesidad de superar el modelo tradicional, incompatible con el contexto actual. Según Adriana Viveros Fernández, es en este marco donde se produce un movimiento hacia la multifuncionalidad y la especialización.

La autora considera al bibliógrafo como un bibliotecario que realiza una combinación de funciones, con el objetivo de dar a los usuarios un servicio integral. En esta perspectiva, la American Library Association (ALA), considera como rasgos característicos de este profesional el alto conocimiento de una materia, encontrándose a cargo de la selección y evaluación del material, organizando dicho material bibliográfico y brindando un servicio de información en su especialidad.


El trabajo bibliográfico y el acceso a la información en la actualidad

Sin embargo, la figura del bibliógrafo adquiere nuevas connotaciones en el contexto de la Sociedad de la Información; la función principal será la de ayudar al usuario a acceder a la información, con independencia de su ubicación o formato. Además de la multifuncionalidad y la especialización el nuevo rol del profesional implica, como indica Sonia Gamboa Fuentes, una función intermediaria en lo que respecta también al acceso, localización y utilización de los recursos en la red, con lo cual emerge la imagen de “cibertecario”.

De este modo se hace evidente como, con el transcurso del tiempo, se ha vuelto necesario “aggionar” el trabajo bibliográfico a los nuevos contextos y las nuevas necesidades de información. Como resultado, se manifiesta una creciente tendencia a la compilación de repertorios bibliográficos que no sólo sean elaborados adecuadamente, sino que se constituyan además en fuentes idóneas para la recuperación de documentos en todos los tipos de formatos y soportes.

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Paul Otlet y los orígenes históricos de la Documentación https://atriaconsultora.com/index.php/2019/12/13/paul-otlet-y-los-origenes-historicos-de-la-documentacion/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/12/13/paul-otlet-y-los-origenes-historicos-de-la-documentacion/#respond Fri, 13 Dec 2019 16:30:40 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1294  

Paul Otlet y los orígenes históricos de la Documentación

por Melisa Fuentes Kren

Los orígenes históricos de la Documentación se encuentran estrechamente vinculados a la figura de Paul Otlet, quien vivió en Europa entre 1868 y 1944. El artículo “Bibliotecología y Ciencia de la Información: ¿subordinación, exclusión o inclusión?”, de C. Radamés Linares Columbié, brinda una aproximación histórica a ese contexto, y se refiere a él como un período de amplificación de la ciencia y tecnología, en combinación con el desarrollo industrial, que afecta a las prácticas informativas y a sus campos de conocimiento.

Contexto histórico

Los antecedentes del escenario de surgimiento de la Documentación se encuentran en los siglos XVI, XVII y XVIII, con la revolución científica y la consiguiente ampliación de la comunidad científica, que presentó mayores necesidades de comunicación. Sin embargo, estos acontecimientos aún tenían poca incidencia en la vida del hombre común.

Ya en el siglo XIX la Revolución Industrial conllevó una relación estable entre la ciencia y la vida cotidiana, por el afianzamiento de la industria y la tecnología. En este período el desarrollo educativo y cultural llevó también al resurgimiento de la biblioteca pública, y la consolidación de la Bibliotecología como espacio de conocimiento autónomo.

Por otra parte, la Revolución Industrial promovió una avalancha documental, en respuesta a la cual surgieron la Bibliografía y la biblioteca especializada, con la consiguiente diferenciación entre bibliotecarios tradicionales y especializados, y la orientación a un tipo distinto de usuarios, con necesidades específicas que requerían de colecciones variadas en su formato.

Aportaciones de Paul Otlet

Este es el contexto de trabajo de Paul Otlet y Henri La Fontaine, quienes ya a fines del siglo XIX buscaban hacer a los nuevos conocimientos accesibles universalmente. Hilda Lelis García y Celia Mireles Cárdenas, en su artículo Aportaciones de Paul Otlet a la Bibliotecología actual, detallan sus obras y aportaciones, entre las que se destacan:

  • Instituto Internacional de Bibliografía: fundado junto a La Fontaine en 1893, fue cambiando su denominación llamarse Federación Internacional de Información y Documentación en 1986, institución que perdura hasta nuestros días. Su propósito original fue la organización de las fuentes de investigación científica mediante el Repertorio Bibliográfico Universal.
  • Repertorio Bibliográfico Universal: catálogo para el registro y la clasificación de la producción intelectual mundial, conformado por registros plasmados en fichas universales, tanto por autor como por materia, y organizado mediante la Clasificación Decimal Universal.
  • Clasificación Decimal Universal: sistema numérico para la clasificación y recuperación de información, desarrollado en 1899 a partir de la Clasificación Decimal de Dewey.

El Tratado de Documentación

Ya en las primeras décadas del siglo XX tuvo lugar una nueva situación histórica, que descansaba en la sociedad capitalista y se acompañaba de nuevos cambios científicos y tecnológicos, desarrollos económicos y una coyuntura política particular: la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Revolución Rusa, el surgimiento del Partido Obrero Alemán, la Guerra Civil Española, entre otros acontecimientos destacables.

Otlet buscó una solución al control de las publicaciones, que crecían vertiginosamente, para lo cual consideró necesaria la evolución hacia la nueva ciencia de la Documentación, cuyos fundamentos se encuentran en su Tratado de Documentación, publicado en 1934, obra que aporta un nuevo concepto de documento, amplio y universal.

El Tratado de Documentación representó los primeros pasos para la institucionalización y la organización de la actividad documental. En él, se describía la evolución desde la Biblioteconomía hasta la Documentación, en consonancia con la postura positivista de Auguste Comte que sostenía que toda ciencia pasaba por tres estadios, uno estático, otro dinámico y un último evolutivo o genético.

Así la primera etapa, la Biblioteconomía, centrada en la recolección y catalogación de libros, dejaba lugar a la Bibliografía, la cual sustituía el concepto de libro por el de documento, y finalmente daba paso a la Documentología, centrada en el documento, y dividida según su aplicación a distintas áreas: científica, pedagógica, informativa e instructiva.

La obra de Otlet sentaría las bases para el desarrollo de nuevas corrientes teóricas, en los años ’60, ante una nueva realidad cada vez más compleja. Se tratará de una etapa superadora respecto a lo propugnado por esta figura, centrada ya en la información y no en el documento. Esta perspectiva informativa será representada en Estados Unidos por la Ciencia de la Información, y en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas por la Informática.

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La apropiación del discurso académico en la educación superior https://atriaconsultora.com/index.php/2019/11/15/la-apropiacion-del-discurso-academico-en-la-educacion-superior/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/11/15/la-apropiacion-del-discurso-academico-en-la-educacion-superior/#respond Fri, 15 Nov 2019 19:23:21 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1291  

La apropiación del discurso académico en la educación superior

por Melisa Fuentes Kren

El impacto que ha tenido la denominada Sociedad de la Información en los distintos ámbitos académicos ha obligado a repensar el concepto tradicional de alfabetización. El denominado “aprender a aprender” se ha vuelto protagonista y ha desplazado al simple dominio de la palabra escrita tanto en el contexto de la educación superior como en muchos otros entornos en los que desarrollamos nuestras actividades.

La alfabetización académica, definida por Paula Carlino (2003) como “el conjunto de conceptos y estrategias necesarios para participar en la cultura y el discurso de las disciplinas así como en las actividades de lectura y escritura requeridas para aprender en la universidad” se vincula estrechamente al concepto de discurso especializado, que adquiere especial relevancia en el ámbito de la educación superior.

El papel del discurso especializado en la educación superior

Es a partir del trabajo con los materiales escritos empleados en la educación superior que los estudiantes obtienen información relevante respecto al discurso y al conocimiento de su disciplina. Así lo afirma Giovanni Parodi (2007) al sostener que es partiendo de las lecturas obligatorias de algunas disciplinas como tiene lugar la construcción de un panorama del universo discursivo, mediante el cual dichos estudiantes pueden acceder al conocimiento de su disciplina e integrarse a su vez, gradualmente, a su comunidad disciplinar.

Este autor considera que el lenguaje escrito se constituye en eje fundamental para la construcción y el acceso no sólo a la información sino también al conocimiento altamente especializado y junto con ello a la comunidad académica. En este marco cabe analizar el concepto de discurso especializado, o grupo de textos concatenados que conforman, sucesivamente, el discurso escolar general, el discurso académico en la educación superior y el discurso profesional en el ámbito laboral, en un proceso de permanente alfabetización.

Discurso especializado y discurso académico

Parodi define al discurso especializado como un “conjunto de textos que se distinguen y se agrupan por una co-ocurrencia sistemática de rasgos lingüísticos particulares en torno a temáticas específicas no cotidianas en las cuales se exige experiencia previa disciplinar de sus participantes”. El discurso académico, abarcado por el discurso especializado pero caracterizado contextualmente por sus propósitos académicos, se destaca específicamente como un discurso autorizado acerca del tema que trata, en el que predomina la descripción con propósitos persuasivos y didácticos.

De este modo, el fin del discurso académico es el de construir y transmitir un conocimiento propio de cierta disciplina y funcionar como un soporte para la formación de los miembros de esa comunidad. En dicho ámbito los textos funcionan como prácticas sociales, como manifestación de esa comunidad específica, por lo tanto integrarse a ella implicará conocer su discurso académico.

La relación entre el discurso académico y los proyectos de alfabetización académica

A partir del análisis de las características de este tipo de discursos podemos vislumbrar la importancia de llevar adelante un proyecto transversal de alfabetización académica en la educación superior, de modo que los estudiantes puedan desarrollar las habilidades necesarias para acercarse a dichos textos y participar de ese proceso que les permitirá apropiarse del discurso especializado e ingresar a la comunidad académica.
Además, y tal como Parodi lo plantea, el discurso académico y el profesional implican un continuum entre sus ámbitos, por lo tanto dicha alfabetización tendrá un impacto positivo en la producción de textos especializados, y con ello en la construcción, apropiación y divulgación de los saberes de cada disciplina.

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Sugerido del mes: Infoaprendizaje https://atriaconsultora.com/index.php/2019/10/21/sugerido-del-mes-infoaprendizaje/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/10/21/sugerido-del-mes-infoaprendizaje/#respond Mon, 21 Oct 2019 16:30:18 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1297 Sugerido del mes: Infoaprendizaje

Por Melisa Fuentes Kren

Infoaprendizaje es el primer portal de difusión de instancias de capacitación que pudieran ser de interés para profesionales de la información. Con ya tres años de vida en la web, ofrece diariamente a través del sitio y sus redes sociales novedades respecto a cursos presenciales y virtuales. Cuenta además con una agenda de eventos, tanto en Iberoamérica como en el resto del mundo, y una sección de información sobre carreras que puede consultarse para saber dónde estudiar Bibliotecología, país por país, en modalidad presencial o a distancia.

El espacio fue creado y es administrado por la Prof. en Bibliotecología Melisa Fuentes Kren, quien se desempeñó como directora de la Biblioteca Central de la Universidad FASTA. Actualmente es docente del Departamento de Ciencia de la Información de la Universidad Nacional de Mar del Plata en las cátedras Automatización de servicios de información I (e-learning), Organización del conocimiento I y Legislación y actuación profesional, y cofundadora de la consultora Atria, estrategias en gestión de información. Cuenta además con la colaboración de la Prof. en Bibliotecología Marina Cabrera y la Bibliotecaria Documentalista Rocío Aguilera, voluntarias a cargo de la actualización de la agenda de eventos, quienes se desempeñan como bibliotecarias en Universidad FASTA.

El proyecto puede conocerse a través de los siguientes enlaces:

 

Sitio web

http://infoaprendizaje.com.ar/

 

Redes Sociales

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Brecha digital y exclusión en la Sociedad de la Información https://atriaconsultora.com/index.php/2019/10/15/brecha-digital-y-exclusion-en-la-sociedad-de-la-informacion/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/10/15/brecha-digital-y-exclusion-en-la-sociedad-de-la-informacion/#respond Tue, 15 Oct 2019 18:00:14 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1288  

Brecha digital y exclusión en la Sociedad de la Información

por Melisa Fuentes Kren

Una de las problemáticas que conlleva la Sociedad de Información es el ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres, ya que si bien brinda nuevas oportunidades a muchos ciudadanos, agrava al mismo tiempo situaciones de pobreza y aislamiento.

Esto sucede porque el acceso universal a las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) está lejos de ser una realidad, ya sea por la falta de acceso físico a las mismas o por la falta de conocimientos necesarios para usarlas adecuadamente.

La desigualdad en el acceso a las TIC

La desigualdad en el acceso a las TIC se verifica en estadísticas como las siguientes, presentadas por Ada Myriam Felicié en “La desigualdad y exclusión en la sociedad de la información”, artículo publicado en “Acceso, revista puertorriqueña de Bibliotecología y Documentación”:

  • Más de la mitad de la población mundial nunca ha realizado una llamada telefónica.
  • Sólo un 5% de los habitantes del globo tiene acceso a Internet.
  • 90% de los internautas se encuentran en países industrializados, de los cuales un 57% corresponde a los Estados Unidos y Canadá.
  • En Argentina, las tres cuartas partes de los accesos corresponden a la ciudad y provincia de Buenos Aires.
  • Las mujeres constituyen una minoría en el uso de Internet.
  • El 70% de los sitios web están escritos en idioma inglés.

A partir de estos datos podemos cuestionarnos, entre otras cosas, la afirmación de que las sociedades latinoamericanas sean consideradas como sociedades de la información. Tal es el caso de Argentina, que al igual que otros países periféricos, no se encuentra situada en el centro del escenario donde ese proyecto se construye.

La exclusión en la Sociedad de la Información

Además de la brecha digital, otra de las problemáticas asociadas a la Sociedad de la Información es la exclusión, es decir, el proceso social de separación de un individuo o grupo respecto a las posibilidades laborales, económicas, políticas y culturales a las que otros sí tienen acceso y disfrutan.

La falta de acceso a la información conduce a una desinformación o a contar con información insuficiente, generando una incapacidad para tomar decisiones favorables al desarrollo propio. En consecuencia, el individuo carece de oportunidades y no puede responder satisfactoriamente a las exigencias de la sociedad, debilitándose su vínculo con ésta y produciéndose la exclusión, generadora a su vez de nuevas centralidades y nuevas periferias.

El compromiso de los profesionales de la información para el cambio

Ante estas perspectivas, la sociedad seguirá teniendo sus bases en la desigualdad. Sin embargo, los profesionales de la información pueden contribuir a cambiar esta situación, en una búsqueda de una sociedad más justa, determinando al servicio de qué o de quiénes colocan la información.

Al mismo tiempo, un Estado democrático debe intervenir mediante políticas que compensen las desigualdades, invirtiendo en infraestructura, brindando acceso a la información y capacitando a las personas en el uso de las TIC. Para ello debe valerse, entre otras instituciones, de la biblioteca pública. A ésta le corresponde desarrollar dos funciones clave:

  1. Convertirse en un centro de TIC.
  2. Educar a las personas en las TIC y motivarlas a utilizarlas activamente.

Con estos fines se requiere de un sólido respaldo estatal, pero también del compromiso de los profesionales de la información para minimizar los problemas de la desigualdad y exclusión, y construir así una sociedad mundial de la información incluyente, que habilite a todas las personas libremente y sin distinción de ningún tipo para crear, recibir, compartir y utilizar conocimientos que permitan promover su desarrollo económico, social, cultural y político.

Tal como manifestara Horacio Reggini en su libro “Los caminos de la palabra: las telecomunicaciones de Morse a Internet”, “frente a los nuevos instrumentos es necesario aprender a pensar críticamente acerca de sus usos; hablar de ellos en términos de valores humanos y encontrar maneras de encaminarlos sabiamente”.

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Sociedad de la Información: concepto, desarrollo e impacto https://atriaconsultora.com/index.php/2019/09/13/sociedad-de-la-informacion-concepto-desarrollo-e-impacto/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/09/13/sociedad-de-la-informacion-concepto-desarrollo-e-impacto/#respond Fri, 13 Sep 2019 15:50:38 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1281 Sociedad de la Información: concepto, desarrollo e impacto

 

por Melisa Fuentes Kren

Cuando hablamos de Sociedad de la Información nos referimos a uno de los cambios más relevantes desde la Revolución Industrial, a un nuevo modelo de desarrollo tecnológico, económico y social que ha impactado -y continúa haciéndolo crecientemente- en la vida de los individuos y en el devenir de nuestras sociedades.

Según Roberto Marafioti, docente de la Universidad de Buenos Aires, este modelo se caracteriza por la capacidad de sus miembros para obtener y compartir cualquier información, instantáneamente, desde cualquier lugar y en la forma que se prefiera. La Internet constituye el componente central que permite articular este modelo basado en la información como elemento de cohesión, funcionando como paradigma del nuevo orden y del nuevo modelo cultural.

La Sociedad de la Información y la reestructuración del capitalismo

De acuerdo con el sociólogo Manuel Castells, este nuevo modelo de desarrollo cambia pero no sustituye al modo de producción dominante. Asistimos al desmantelamiento de la sociedad industrial clásica, y la nueva sociedad industrial se erige sobre los cimientos de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).

La revolución que estas nuevas tecnologías conllevaron a partir de los años ’80 implicó una reestructuración del capitalismo, que renovó las organizaciones que le sirven de soporte. La principal fuente de productividad radica actualmente en la industria del conocimiento.

El impacto de las TIC en la educación

Las TIC han modificado, por consiguiente, la comunicación, la interacción social, y con ello laeducación. Sin embargo, las expectativas según las cuales éstas harían la información más accesible a todos y a todas partes, incrementando el nivel de educación y el desarrollo socioeconómico y cultural, han resultado utópicas.

Si bien las TIC presentan potencialidades en áreas como educación, cultura, trabajo y salud, entre otras, al aumentar la capacidad de generar, procesar y transmitir la información rompiendo las barreras de tiempo y espacio también presenta aspectos problemáticos que amenazan los principios democráticos.

Información y brecha digital

La información es sinónimo de poder, y la capacidad de almacenarla y manejar el flujo de datos determinan la posibilidad de control de los mercados. Siguiendo la lógica del sistema capitalista, la información ha devenido en mercancía, en base de la economía, y como consecuencia los bienes de la información están siendo limitados y restringidos, por lo que sólo acceden a ellos quienes tienen los medios económicos para adquirirlos.

Esta nueva situación promueve la desigualdad y constituye una manifestación de lo que se denomina brecha digital, es decir, la separación entre las personas que utilizan las TIC como una parte de su rutina diaria, y las que no tienen acceso a las mismas y/o no saben cómo utilizarlas.

La brecha digital es uno de los principales desafíos que se presentan a nuestras sociedades en la actualidad, y que demandan especialmente del Estado, de las bibliotecas y de los profesionales de la información un compromiso con el desarrollo de estrategias eficaces para su superación, de modo que podamos finalmente hablar de una Sociedad de la Información inclusiva y democrática.

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Sugerido del mes: ¿Qué versión de mi trabajo escrito puedo compartir en Acceso Abierto? https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/22/sugerido-del-mes-que-version-de-mi-trabajo-escrito-puedo-compartir-en-acceso-abierto/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/22/sugerido-del-mes-que-version-de-mi-trabajo-escrito-puedo-compartir-en-acceso-abierto/#respond Thu, 22 Aug 2019 20:24:37 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1227
¿Qué versión de mi trabajo escrito puedo compartir en Acceso Abierto?

por Leticia Lizondo

Otra novedad en el apartado “Sugerido del mes” del blog de Atria Consultora.
En esta ocasión tenemos el directorio SHERPA-RoMEO de políticas de copyright de las editoriales y autoarchivo.
Pero antes de conocer esta importante herramienta, veamos conceptos muy importantes:
preprint: versión del trabajo ANTES de ser revisada por pares
postprint: versión final del trabajo DESPUÉS de ser revisada por pares
versión pdf del editor: archivo pdf del trabajo publicado, maquetada con los datos de la revista o versión oficial publicada en la revista.

¿Cuál es la utilidad de SHERPA-RoMEO?
Es una herramienta muy importante que nos ayuda a saber qué versión de nuestro trabajo publicado en una revista podemos compartir en Acceso Abierto.
Contiene los detalles de políticas editoriales de más de 2500 editores de revistas científicas y técnicas de todo el mundo.

¿Cómo se usa SHERPA-RoMEO?
En su página principal tiene un buscador simple donde podemos iniciar nuestro rastreo con palabras del nombre de la revista o su número ISSN (International Standard Serial Number, identificador único de las revistas).

¿Qué obtengo de SHERPA-RoMEO?
La información precisa sobre qué versión de mi trabajo publicado en una revista, puedo compartir en Acceso Abierto. Se visualiza fácilmente a través de códigos de colores que el directorio asigna a cada publicación para identificar las posibilidades que brinda:
– Revistas de código VERDE: permiten compartir la versión preprint, postprint y el pdf del editor
– Revistas de código AZUL: permiten compartir la versión postprint o el pdf del editor
– Revistas de código AMARILLO: permiten compartir la versión preprint
– Revistas de código BLANCO: no permiten compartir ninguna versión

Te recomendamos agendar la url de este directorio y utilizarlo para verificar los alcances y limitaciones respecto a compartir tus trabajos publicados en Acceso Abierto, o (¿porqué no?) para elegir la revista en la que quisieras publicar tu trabajo bajo esta misma modalidad.

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El bibliotecario como educador: el papel del bibliotecario referencista en la biblioteca pública https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/15/el-bibliotecario-como-educador-el-papel-del-bibliotecario-referencista-en-la-biblioteca-publica/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/15/el-bibliotecario-como-educador-el-papel-del-bibliotecario-referencista-en-la-biblioteca-publica/#respond Thu, 15 Aug 2019 16:00:59 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1207  

El bibliotecario como educador. La importancia del servicio de referencia

por Melisa Fuentes Kren

Los bibliotecarios cumplen un rol de gran importancia en la transmisión de conocimientos, por su papel clave en la organización y recuperación de los mismos. Por su parte, aquellos profesionales de la información que se desempeñan en el área de referencia de una biblioteca pública, son quienes en su trato diario con los usuarios posibilitan que éstos accedan a los materiales, facilitando su formación al constituirse en nexos entre los lectores y el conocimiento.

La biblioteca pública
La biblioteca pública, de acuerdo con la definición de José Martínez de Sousa –importante bibliólogo-, es una biblioteca general de carácter popular y libre, puesta al servicio de la ciudad, región o comunidad en que se encuentra emplazada, sostenida con fondos del gobierno o de la comunidad y que atiende gratuitamente a las necesidades e intereses culturales de lectores no especializados.
Básicamente, esta biblioteca debe prestar servicios de información, que satisfagan a los usuarios, funcionando como formadora de los mismos en el manejo y la utilización de la información y adaptándose a su vez a las demandas futuras. De este modo contribuye al desarrollo social y personal, creando hábitos de lectura, apoyando la educación formal o autodidacta, estimulando la creatividad, fomentando el conocimiento, facilitando el acceso a expresiones culturales, etc.
Para cumplir con sus objetivos, una biblioteca pública cuenta habitualmente con un área de recepción y de procesos técnicos, sala de lectura, área de novelas, archivo, hemeroteca, y espacio de fondo antiguo. La sala de lectura permite la consulta de materiales dentro de la biblioteca, siendo posible solicitar préstamo a domicilio de ciertos materiales, mientras que otros, como las obras de referencia y publicaciones periódicas, pueden solicitarse por un plazo breve para realizar copias de las mismas.

Usuarios y material bibliográfico
La biblioteca pública no cuenta con un tipo restringido de usuarios, sino que éstos provienen de toda la comunidad, ya que se encuentra abierta al público en general. Entre ellos es usual encontrar por ejemplo a alumnos de nivel medio, amas de casa, personas jubiladas, etc. También asisten docentes, estudiantes universitarios o profesionales, que se acercan a ella con fines recreativos o de investigación personal.
El material bibliográfico predominante consta de un fondo bibliográfico y de un buen bagaje de obras de referencia, que incluye diccionarios de la lengua española, diccionarios bilingües, diccionarios temáticos, enciclopedias, manuales de diferentes niveles educativos, textos infantiles, novelas, publicaciones periódicas, guías, anuarios, etc.

El papel del bibliotecario referencista
De acuerdo con las características de la biblioteca pública, el rol del bibliotecario de referencia consiste en posibilitar el acceso y la recuperación de la información, para lo que debe tener conocimiento de una amplia gama de temas; así, actúa como nexo entre el material y el usuario, quien necesita resolver un problema de información.
Al realizar el proceso de referencia el bibliotecario debe, una vez recepcionada la consulta, tener en cuenta el perfil del usuario, es decir, su edad, formación, idiomas que maneja, fines de la información. Además, debe tener también en cuenta el perfil temático de la consulta, que incluye los temas a considerar, el marco teórico, los límites espacio-temporales, el material a utilizar, etc. lo que determinará si la pregunta efectuada por el usuario requerirá de una búsqueda exhaustiva o informativa, retrospectiva o actual.
Una vez clasificada la consulta por medio del diálogo, el bibliotecario debe formular una estrategia de búsqueda, recurrir a los catálogos, al material del servicio de referencia, al fondo bibliográfico de la biblioteca, las publicaciones periódicas, etc., para la obtención de la respuesta y la posterior entrega de la información.
En conjunto, aquel bibliotecario referencista que se encuentra consciente de la importancia de su rol en el ámbito educativo, brindará una atención personalizada a todos y cada uno de los usuarios, creando un ambiente adecuado y proporcionando información actualizada y precisa, teniendo siempre la voluntad de ayudarlos en su camino hacia el conocimiento.

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