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Innovación científica – Atria https://atriaconsultora.com Estrategias en gestión de información Wed, 04 Sep 2019 13:49:07 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.2 https://atriaconsultora.com/wp-content/uploads/2018/08/icono-100x100.png Innovación científica – Atria https://atriaconsultora.com 32 32 Las condiciones para crear y sostener un Sistema Nacional de Innovación https://atriaconsultora.com/index.php/2019/09/04/las-condiciones-para-crear-y-sostener-un-sistema-nacional-de-innovacion/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/09/04/las-condiciones-para-crear-y-sostener-un-sistema-nacional-de-innovacion/#respond Wed, 04 Sep 2019 13:44:26 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1259

Por Eugenia Huinchulef

Los Sistemas Nacionales de Innovación se constituyen como una interacción de múltiples actores (empresas, gobiernos, sistema financiero, sistema educativo, sector de I+D) que se proponen generar un crecimiento económico sostenible a largo plazo a partir de la introducción de permanentes innovaciones en el sistema productivo y social.

Esta meta se alcanza, entre otros aspectos, a partir del intercambio de conocimientos entre los distintos actores. En este sentido, los SNI operan a manera de redes de aprendizaje tecnológico en constante retroalimentación, que a su vez pueden ser útiles para crear e impulsar ventajas competitivas a nivel regional o nacional.

Se parte de la concepción de que la creación y difusión de aprendizajes tecnológicos pueden generar factores de crecimiento sostenible en un mediano y largo plazo, adaptados a la realidad sociocultural y económica donde está situado dicho sistema.

Hablar de Sistemas Nacionales de Innovación supone que la innovación no es una actividad aislada, sino un proceso interactivo, social y acumulativo. Se pueden identificar un conjunto de características comunes enmarcadas en los enfoques que se basan en el concepto de SNI[1]:

  • Los procesos de innovación y aprendizaje constituyen los temas centrales de análisis
  • Se adopta un enfoque holístico e interdisciplinario y se parte de una perspectiva histórica
  • Se incluye en el concepto tanto las tecnologías productivas como las innovaciones organizacionales;
  • Se enfatiza en el rol protagónico de las instituciones como instancia de iniciación y promoción de la innovación y del intercambio con otros actores que forman parte del SNI

Los aspectos que definen a los SNI no se constituyen como teorías claramente establecidas puestas a prueba a partir de una adecuada verificación empírica. Además, no existen “modelos ideales preestablecidos” de puesta en práctica. Esto implica que los sistemas nacionales de innovación presentan importantes variaciones tanto en su dimensión como en su modalidad de operación. Sin embargo, para que se puedan llevar a la práctica necesariamente deben existir algunos factores:

  1. a) prospectiva tecnológica y planificación estratégica de mediano y largo plazos a nivel de gobierno;
  2. b) movilización de recursos financieros y tecnológicos en gobierno y empresas;
  3. c) planificación estratégica de mediano y largo plazo a nivel de las empresas;
  4. d) estrategia de innovación y desarrollo de las empresas integrada al diseño desarrollo de sistemas productivos;
  5. e) un rol de intercambio y difusión el sistema educativo;
  6. f) estructura industrial favorable a la inversión estratégica de largo plazo en capacitación continua, innovación y mercadotécnica;
  7. g) organización y gestión tecnológica de la empresa para el aprendizaje y la innovación continua;
  8. h) redes de vinculación empresa – universidad[2].

El funcionamiento de un Sistema Nacional de Innovación depende del alcance y eficiencia de los intercambios que se lleven a cabo en el mismo. Son ejes fundamentales los aspectos: a) financiero, b) científico, c) tecnológico, y d) productivo.

El entorno financiero, está constituido por entidades de capital que financian bajo diferentes modalidades proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) y/o de Innovación tecnológica.

El entorno científico lo conforman los agentes ejecutores de investigación, es decir por los grupos de I+D de los centros de investigación públicos o privados.

El entorno tecnológico, está conformado por las unidades de I+D de las empresas, los centros tecnológicos, las empresas de ingeniería y de diseño industrial, empresas de bienes de equipos, empresas de instrumentación, empresas de ensayo, empresas consultoras de tecnologías blandas, etc.

Y el entorno productivo debe estar constituido por: las Empresas, que enlazan los recursos tecnológicos con los usuarios por medio de actividades de producción, comercialización y distribución; las Agendas Nacionales, que priorizan los programas o proyectos a realizar que normalmente trascienden el corto plazo; Agrupamientos productivos (clusters), que se definen como redes interdependientes de: empresas, instituciones que producen conocimientos, instituciones intermedias (como consultoras tecnológicas o de servicios) y clientes, unidos en una cadena creativa, de producción de valor agregado, que captura y capitaliza todas las formas de conocimiento compartidas e intercambiadas y Centros de I+D (investigación y desarrollo), que ejecutan investigación básica, investigación aplicada y/o desarrollo experimental.

En cuanto a las Interrelaciones, se conciben como una necesidad para incentivar la demanda. Son ejercidas por las entidades de interfase -que son estructuras de apoyo a la innovación- que sensibilizan, promueven, facilitan las relaciones y propician el establecimiento de marcos de cooperación. En el ámbito nacional pueden ser instituciones o estructuras diseñadas para actuar como tales o constituirse como Programas, Sistemas, Redes u otras.

En este contexto, es importante crear estímulos para las redes de comunicación entre los actores que intervienen en un Sistema Nacional de Innovación, ya que el grado de interrelación que alcanzan los conocimientos puede influir decisivamente sobre la eficiencia obtenida en el proceso de aprendizaje y en sus usos posteriores.

Asimismo, para la conformación exitosa de un sistema de innovación es fundamental el esfuerzo cuantitativo en I+D (gastos y personal) y la creación de una adecuada infraestructura tecnológica, lo cual –a su vez- debe estar imbricado a la generación de externalidades mediante la interacción entre los distintos agentes del sistema, como las empresas, o las administraciones públicas.

Según autores como Terneus Escudero, Borda y Maschoff, el rol de estado es crucial respecto de las definiciones vinculadas a la innovación y desarrollo de un país, dado que se deben tomar decisiones tendientes a:

  1. Definir cuáles son las áreas estratégicas sobre las que se basará la competitividad y el crecimiento económico del país en el mediano y largo plazo y, a partir de ello, establecer los campos en los que se hace necesario fortalecer las actividades de investigación y desarrollo;
  2. Fijar bases de financiación para las actividades de investigación y desarrollo
  3. Establecer marcos administrativos y legales que promuevan la interacción entre los actores del SNI con la flexibilidad necesaria para adaptarse a las circunstancias[3].

Una política de innovación y competitividad nacional Implica el compromiso por la construcción de redes de actores y la creación de estímulos permanentes para que dichos lazos no queden obsoletos. Implica una planificación a largo plazo liberada de intereses sectoriales, ya sean del ámbito público o privado. Y, además, exige una concientización por parte de toda la sociedad para alcanzar las metas de desarrollo propuestas.

La construcción de un Sistema Nacional de Innovación puede representar un avance en el marco de las estrategias de un país para alcanzar ventajas competitivas con las cuales participar de una economía globalizada, basada en el conocimiento y en la innovación. El primer paso que debe darse para diseñar un Sistema de Innovación es fortalecer los vínculos comunicacionales entre actores que pueden estar involucrados en determinados sectores productivos.

[1] YOGUEL Gabriel y GUTMAN, Graciela. Economía de la tecnología y de la innovación. Universidad de Quilmes, agosto de 2000.

[2] Adaptación del glosario elaborado por Eduardo Martínez, en Indicadores de Ciencia y Tecnología: Estado del Arte y Perspectivas, Nueva Sociedad, Caracas, 1998, pp.269-288

[3] TERNEUS Escudero, Alberto; BORDA Marta E.; y MARSCHOFF Carlos M. ¿Existe un sistema nacional de innovación en Argentina? En: https://www.oei.es/historico/revistactsi/numero4/borda.htm

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Cadenas de valor y conformación de clusters productivos. El valor de los conocimientos científicos y tecnológicos para la promoción de las ventajas competitivas https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/11/cadenas-de-valor-y-conformacion-de-clusters-productivos-el-valor-de-los-conocimientos-cientificos-y-tecnologicos-para-la-promocion-de-las-ventajas-competitivas/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/11/cadenas-de-valor-y-conformacion-de-clusters-productivos-el-valor-de-los-conocimientos-cientificos-y-tecnologicos-para-la-promocion-de-las-ventajas-competitivas/#respond Sun, 11 Aug 2019 21:50:22 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1218

Por Eugenia Huinchulef

En la actualidad, las actividades productivas se desenvuelven en un escenario económico mundial caracterizado por procesos de globalización y de intensificación de la competencia, avances tecnológicos, aumento de las exigencias de los consumidores y cambios en los modelos de legislación y regulación. Esta dinámica requiere de empresas y empresarios con una visión alternativa a lo conocido, que a través de una dialéctica de conocimiento y creatividad puedan dan respuestas a ese nuevo mundo que los rodea.

Los productos actuales se caracterizan por la complejidad que suponen, que se expresa por la cantidad de disciplinas distintas que confluyen en su elaboración. También se debe tener en cuenta la velocidad de reemplazo de un producto por otro nuevo, lo cual se mide a través de la tasa de cambio, en el marco de obsolescencia que incluso está programada para una duración específica.

En este contexto, la competitividad ya no puede ser pensada como un fenómeno que depende sólo de factores económicos, sino que se debe tomar conciencia de la importancia de innovar. Y de que este proceso no se puede emprender en aislamiento. En este marco, el grado de desarrollo del ambiente local adquiere un importante rol para la creación de ventajas competitivas. Esto quiere decir que los actores que las empresas deben formular estrategias para relacionarse con sus competidores, proveedores, institutos de investigación y desarrollo, universidades, -entre otros-, sin los cuales los procesos innovativos serían más lentos y de menor alcance. “El desarrollo tecnológico es un proceso complejo, en el que participan numerosos agentes e instituciones, y en el que los elementos técnicos que lo constituyen no pueden ser disociados del tejido social o empresarial en el que se desarrollan. El desarrollo tecnológico forma parte de un conjunto en el que son componentes fundamentales los sistemas de formación, la cultura de la sociedad y los sistemas de gestión empresarial”, afirma la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico [1].

Moverse en un ambiente que prioriza el conocimiento como eje de transformación y en el cual se asignan inversiones para la investigación científica y tecnológica es fundamental, dado que los aportes para la resolución de problemas son dinámicos y abordados en equipos interdisciplinarios, que van generando una dinámica de trabajo cada vez más especializada en un rubro. Esto, a su vez, permite identificar nichos potenciales donde volcar estrategias que diferencien de los competidores.

La formación de la cadena de valor

Al emplear estrategias corporativas, las empresas organizan una cadena de valor con el objetivo de conseguir ventajas competitivas. Este concepto fue introducido por Michael Porter [2] para analizar las distintas actividades de la empresa (diseño, marketing, desarrollo tecnológico, gestión de los recursos humanos) con la finalidad de descubrir dónde y cómo se pueden obtener las ventajas competitivas.

La cadena de valor forma parte de una corriente mayor de actividades que se denomina sistema de valor, que incluye las cadenas de valor de los proveedores, distribuidores y el comprador final. La ventaja competitiva se alcanza cuando una empresa puede gestionar de manera eficiente este sistema que incluye: actividades primarias (creación física del producto, su venta, la transferencia hacia los consumidores y el servicio posventa); actividades de apoyo (abastecimiento, gestión de la información e infraestructura: actividades de compra de insumos, administración general, la planificación, las finanzas, la contabilidad y los asuntos legales y gubernamentales); desarrollo de los recursos humanos, capacitación y entrenamiento (normalización y búsqueda de calidad en todas las actividades de la empresa) y actividades estratégicas, entre las que se incluyen la gestión de la tecnología – administración integral de cada uno de los aspectos tecnológicos que inciden en los atributos competitivos y en la productividad de la empresa- y la gestión de la organización y gerencia general, centradas en actividades encaminadas a alcanzar un ambiente laboral eficiente [3].

Cabe destacar que el buen funcionamiento de la cadena de valor depende del correcto desempeño del entorno regional y del país en el que se localiza. En este marco, la gestión de los procesos de innovación también requiere de políticas públicas que aumenten el potencial nacional y desarrollen una cultura empresarial y académica para reforzar la competitividad de las empresas.

Se requiere de una decisión política que permita identificar áreas de trabajo susceptibles de cooperar con el sector productivo, aportando la formación de recursos humanos, los resultados de trabajos científicos para identificar nuevos problemas de conocimiento y los avances en el diseño de prototipos que mejoren la productividad. En muchas oportunidades el mundo académico se observa en un sitio alejado respecto de las empresas orientadas a los servicios y a la producción. Se deben crear estructuras para fomentar el intercambio entre instituciones orientadas a áreas de trabajo en común.

Clusters y Networking: el rol de las instituciones vinculadas con la producción de conocimientos

A nivel internacional, el desarrollo de vínculos entre empresas de distintos tipos, de organizaciones de investigación con el sector empresarial o de centros de apoyo y universidades lleva a la creación de lo que se denomina clusters y networking. Los clusters (‘agrupación’ o ‘racimo’) adquirieron renombre a partir del trabajo de Porter [4] sobre la ventaja competitiva de las naciones. Se producen cuando existe una agrupación de empresas, centros de investigación y organizaciones de apoyo vinculados con una determinada actividad (por ejemplo, alimentación, salud, turismo, diseño, etc.). En cuanto al término networking, se utiliza para referirse al fenómeno de trabajo en redes de cooperación.

Ambos términos suponen la captura de todas las formas de conocimiento compartidas e intercambiadas entre los distintos componentes de la cadena de valor. Esto se lleva a la práctica cuando se pueden identificar dinámicas propias de distritos o parques industriales, que concentran un modo de organización local basado en pymes industriales y de servicios -con fuertes articulaciones entre sí y con las instituciones y organizaciones locales- que es capaz de insertarse competitivamente en mercados internacionales. Esta dinámica centrada en la innovación local puede generarse de diversas maneras: a) por nacimiento espontáneo; 2) organizado a partir de la descentralización de una gran empresa; y 3) a partir de una combinación de las alternativas anteriores.

Se puede afirmar que la atmósfera industrial es previa a la formación del distrito y se sustenta en valores sedimentados y compartidos en una comunidad, en los que la promoción de la innovación y la gestión de la tecnología deben ser el eje a partir del cual se articule la contribución de cada actor. Es importante generar espacios de interacción donde se evalúe de qué manera las universidades y centros de investigación pueden tener una participación concreta para favorecer la búsqueda de respuestas necesarias para el fortalecimiento de una producción que debe enfrentar cada vez más desafíos en materia de competitividad.-

[1]. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Dynamising National Innovation Systems; Paris, 2002.

[2] y [4]. PORTER, Michael. La ventaja competitiva de las Naciones. Vergara Editor S.A, 1991.

[3]. MARTINEZ PAVEZ, Carlos. Carpeta de trabajo de Problemas actuales de la innovación y la competitividad. Maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Universidad de Quilmes. Marzo de 2002.

 

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Claves para comprender la relevancia de las instituciones científicas en la creación de una dinámica propia de la sociedad del conocimiento https://atriaconsultora.com/index.php/2019/04/01/claves-para-comprender-la-relevancia-de-las-instituciones-cientificas-en-la-creacion-de-una-dinamica-propia-de-la-sociedad-del-conocimiento/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/04/01/claves-para-comprender-la-relevancia-de-las-instituciones-cientificas-en-la-creacion-de-una-dinamica-propia-de-la-sociedad-del-conocimiento/#respond Mon, 01 Apr 2019 23:00:08 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=917

Por Eugenia Huinchulef

Desde hace aproximadamente 50 años a nivel internacional se asiste a la conformación de la denominada Sociedad de la información, originada a partir de la irrupción de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en el sistema económico – productivo, que tiene consecuencias directas más allá de la apertura de mercados y la internacionalización de la economía. Al respecto, se vislumbra al surgimiento de una sociedad transnacional que se refleja en la globalización de la producción, los sistemas financieros, la industria del entretenimiento y la generación del conocimiento y la ciencia.

En este contexto en el cual las redes de comunicación proveen los soportes para la transformación de las estructuras industriales, son conceptos clave la innovación y la gestión del progreso científico y técnico. Existe cada vez más énfasis en políticas centradas en la actividad I+D (Innovación y desarrollo), el estímulo de los procesos de transferencia de tecnología y el refuerzo de la cooperación entre instituciones dedicadas a la ciencia y la tecnología. Si pensamos en el desarrollo de las sociedades actuales, se puede afirmar que el conocimiento científico debe constituirse en el eje de las actividades productivas.

La ciencia y la tecnología pueden, en este marco, producir cambios históricos en la estructura social, en la medida en que se reconozca a las instituciones que producen conocimiento y lo divulgan y se puedan extrapolar sus saberes a las esferas educativa, cultural y política. Innovar a través de la puesta en marcha de estrategias de creatividad y de la difusión del conocimiento necesariamente se ha convertido en la llave del crecimiento económico, generando interrogantes y también respuestas a nuevos desafíos sociales. La innovación es el resultado directo del incremento de interacciones con alto nivel de complejidad en contextos locales, nacionales, regionales e internacionales entre individuos, empresas y organismos que promueven la generación del conocimiento.

El paso de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento

Uno de los principales desafíos que plantea la sociedad de la información es el exceso de datos que se publican y difunden a través de diversos canales, plataformas y medios de comunicación. Se torna importante saber cómo interpretar y convertir esa información en conocimiento útil, que pueda ser significativo para diversas estrategias y procesos de aprendizaje social. Se puede hablar de una sociedad dinámica inserta en una cultura del conocimiento en la medida en que los datos se utilicen para empoderar a los ciudadanos, con competencias para apropiarse del conocimiento y de las tecnologías para mejorar su calidad de vida. 

Asimismo, existe una auténtica sociedad del conocimiento cuando las empresas que integran el sistema productivo de un contexto específico participan de una interacción con el ámbito académico y, a partir de este intercambio, la sinergia que determina la difusión de saberes permite que mejoren competitivamente al complejizar sus servicios, diferenciándolos de lo existente en el mercado. No se puede olvidar que las ventajas competitivas tienen una naturaleza dinámica. Por lo tanto, las empresas orientadas a implementar desarrollos y mejoras de productos y procesos, establecer nuevas formas de aproximación con el mercado, cooperar con diversas instituciones, generan más oportunidades frente a sus competidores. Y esto se realiza en la medida que se gestione un correcto acceso a las fuentes de conocimiento.

Todo indica que los cambios tecnológicos actuales no sólo tienen como eje central al conocimiento y a la información, sino que es esencial la aplicación que se origina en estos, en lo que plantea un círculo de retroalimentación acumulativo entre la innovación y sus usos. En este sentido, la evolución de la llamada “aldea global” de Marshall McLuhan [1] reconoce a la educación como la raíz del conocimiento, en una dinámica permanente entre el sistema educativo con la tecnología y la economía modernas.

Dado este marco, en las instituciones científicas se debe fomentar la toma de decisiones que promuevan políticas estratégicas para generar procesos de vinculación con los sistemas educativos en sus diversos niveles, apostando a la apertura para que en el contexto social exista una real apropiación de información, que sea procesada redundando en beneficios económicos y sociales. En las instancias educativas que transitan niños y adolescentes, se hace necesario reafirmar la presencia institucional de los organismos y empresas dedicados a la ciencia y la tecnología, lo cual permitirá formar vocaciones y mostrar la importancia de validar una cultura científica y de las consecuencias que esto tiene para el avance social.

En cuanto a la interacción con el sector económico, las instituciones científicas deben trabajar para convertirse en motores que propicien la creación de redes y clusters, los cuales suponen el agrupamiento de instituciones y empresas dedicadas a una rama de la producción dentro de un espacio geográfico definido, que cooperan obteniendo beneficios tecnológicos que redundan en el desarrollo regional. En definitiva, se trata de establecer líneas de trabajo orientadas hacia una etapa más avanzada que la que propone la libre circulación de la información. El potencial innovador siempre está presente en toda organización, lo que significa que puede ser identificado y/o recuperado al ser gestionado de manera rigurosa y eficiente. Si bien es necesario un contexto social y político en el que estén presentes los estímulos a la innovación, las instituciones que generan conocimientos no deben esperar a que la iniciativa se genere en otros actores sociales, sino que pueden propiciar una dinámica que promueva su valoración social.-

[1] McLuhan, Marshall y Powers, B. R. La Aldea Global. Transformaciones en la vida y los medios de comunicación mundiales en el siglo XXI. Editorial GEDISA, Barcelona, 1995. 

[1] 

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