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Capacidad innovativa – Atria https://atriaconsultora.com Estrategias en gestión de información Wed, 04 Sep 2019 13:49:07 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.2 https://atriaconsultora.com/wp-content/uploads/2018/08/icono-100x100.png Capacidad innovativa – Atria https://atriaconsultora.com 32 32 Las condiciones para crear y sostener un Sistema Nacional de Innovación https://atriaconsultora.com/index.php/2019/09/04/las-condiciones-para-crear-y-sostener-un-sistema-nacional-de-innovacion/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/09/04/las-condiciones-para-crear-y-sostener-un-sistema-nacional-de-innovacion/#respond Wed, 04 Sep 2019 13:44:26 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1259

Por Eugenia Huinchulef

Los Sistemas Nacionales de Innovación se constituyen como una interacción de múltiples actores (empresas, gobiernos, sistema financiero, sistema educativo, sector de I+D) que se proponen generar un crecimiento económico sostenible a largo plazo a partir de la introducción de permanentes innovaciones en el sistema productivo y social.

Esta meta se alcanza, entre otros aspectos, a partir del intercambio de conocimientos entre los distintos actores. En este sentido, los SNI operan a manera de redes de aprendizaje tecnológico en constante retroalimentación, que a su vez pueden ser útiles para crear e impulsar ventajas competitivas a nivel regional o nacional.

Se parte de la concepción de que la creación y difusión de aprendizajes tecnológicos pueden generar factores de crecimiento sostenible en un mediano y largo plazo, adaptados a la realidad sociocultural y económica donde está situado dicho sistema.

Hablar de Sistemas Nacionales de Innovación supone que la innovación no es una actividad aislada, sino un proceso interactivo, social y acumulativo. Se pueden identificar un conjunto de características comunes enmarcadas en los enfoques que se basan en el concepto de SNI[1]:

  • Los procesos de innovación y aprendizaje constituyen los temas centrales de análisis
  • Se adopta un enfoque holístico e interdisciplinario y se parte de una perspectiva histórica
  • Se incluye en el concepto tanto las tecnologías productivas como las innovaciones organizacionales;
  • Se enfatiza en el rol protagónico de las instituciones como instancia de iniciación y promoción de la innovación y del intercambio con otros actores que forman parte del SNI

Los aspectos que definen a los SNI no se constituyen como teorías claramente establecidas puestas a prueba a partir de una adecuada verificación empírica. Además, no existen “modelos ideales preestablecidos” de puesta en práctica. Esto implica que los sistemas nacionales de innovación presentan importantes variaciones tanto en su dimensión como en su modalidad de operación. Sin embargo, para que se puedan llevar a la práctica necesariamente deben existir algunos factores:

  1. a) prospectiva tecnológica y planificación estratégica de mediano y largo plazos a nivel de gobierno;
  2. b) movilización de recursos financieros y tecnológicos en gobierno y empresas;
  3. c) planificación estratégica de mediano y largo plazo a nivel de las empresas;
  4. d) estrategia de innovación y desarrollo de las empresas integrada al diseño desarrollo de sistemas productivos;
  5. e) un rol de intercambio y difusión el sistema educativo;
  6. f) estructura industrial favorable a la inversión estratégica de largo plazo en capacitación continua, innovación y mercadotécnica;
  7. g) organización y gestión tecnológica de la empresa para el aprendizaje y la innovación continua;
  8. h) redes de vinculación empresa – universidad[2].

El funcionamiento de un Sistema Nacional de Innovación depende del alcance y eficiencia de los intercambios que se lleven a cabo en el mismo. Son ejes fundamentales los aspectos: a) financiero, b) científico, c) tecnológico, y d) productivo.

El entorno financiero, está constituido por entidades de capital que financian bajo diferentes modalidades proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) y/o de Innovación tecnológica.

El entorno científico lo conforman los agentes ejecutores de investigación, es decir por los grupos de I+D de los centros de investigación públicos o privados.

El entorno tecnológico, está conformado por las unidades de I+D de las empresas, los centros tecnológicos, las empresas de ingeniería y de diseño industrial, empresas de bienes de equipos, empresas de instrumentación, empresas de ensayo, empresas consultoras de tecnologías blandas, etc.

Y el entorno productivo debe estar constituido por: las Empresas, que enlazan los recursos tecnológicos con los usuarios por medio de actividades de producción, comercialización y distribución; las Agendas Nacionales, que priorizan los programas o proyectos a realizar que normalmente trascienden el corto plazo; Agrupamientos productivos (clusters), que se definen como redes interdependientes de: empresas, instituciones que producen conocimientos, instituciones intermedias (como consultoras tecnológicas o de servicios) y clientes, unidos en una cadena creativa, de producción de valor agregado, que captura y capitaliza todas las formas de conocimiento compartidas e intercambiadas y Centros de I+D (investigación y desarrollo), que ejecutan investigación básica, investigación aplicada y/o desarrollo experimental.

En cuanto a las Interrelaciones, se conciben como una necesidad para incentivar la demanda. Son ejercidas por las entidades de interfase -que son estructuras de apoyo a la innovación- que sensibilizan, promueven, facilitan las relaciones y propician el establecimiento de marcos de cooperación. En el ámbito nacional pueden ser instituciones o estructuras diseñadas para actuar como tales o constituirse como Programas, Sistemas, Redes u otras.

En este contexto, es importante crear estímulos para las redes de comunicación entre los actores que intervienen en un Sistema Nacional de Innovación, ya que el grado de interrelación que alcanzan los conocimientos puede influir decisivamente sobre la eficiencia obtenida en el proceso de aprendizaje y en sus usos posteriores.

Asimismo, para la conformación exitosa de un sistema de innovación es fundamental el esfuerzo cuantitativo en I+D (gastos y personal) y la creación de una adecuada infraestructura tecnológica, lo cual –a su vez- debe estar imbricado a la generación de externalidades mediante la interacción entre los distintos agentes del sistema, como las empresas, o las administraciones públicas.

Según autores como Terneus Escudero, Borda y Maschoff, el rol de estado es crucial respecto de las definiciones vinculadas a la innovación y desarrollo de un país, dado que se deben tomar decisiones tendientes a:

  1. Definir cuáles son las áreas estratégicas sobre las que se basará la competitividad y el crecimiento económico del país en el mediano y largo plazo y, a partir de ello, establecer los campos en los que se hace necesario fortalecer las actividades de investigación y desarrollo;
  2. Fijar bases de financiación para las actividades de investigación y desarrollo
  3. Establecer marcos administrativos y legales que promuevan la interacción entre los actores del SNI con la flexibilidad necesaria para adaptarse a las circunstancias[3].

Una política de innovación y competitividad nacional Implica el compromiso por la construcción de redes de actores y la creación de estímulos permanentes para que dichos lazos no queden obsoletos. Implica una planificación a largo plazo liberada de intereses sectoriales, ya sean del ámbito público o privado. Y, además, exige una concientización por parte de toda la sociedad para alcanzar las metas de desarrollo propuestas.

La construcción de un Sistema Nacional de Innovación puede representar un avance en el marco de las estrategias de un país para alcanzar ventajas competitivas con las cuales participar de una economía globalizada, basada en el conocimiento y en la innovación. El primer paso que debe darse para diseñar un Sistema de Innovación es fortalecer los vínculos comunicacionales entre actores que pueden estar involucrados en determinados sectores productivos.

[1] YOGUEL Gabriel y GUTMAN, Graciela. Economía de la tecnología y de la innovación. Universidad de Quilmes, agosto de 2000.

[2] Adaptación del glosario elaborado por Eduardo Martínez, en Indicadores de Ciencia y Tecnología: Estado del Arte y Perspectivas, Nueva Sociedad, Caracas, 1998, pp.269-288

[3] TERNEUS Escudero, Alberto; BORDA Marta E.; y MARSCHOFF Carlos M. ¿Existe un sistema nacional de innovación en Argentina? En: https://www.oei.es/historico/revistactsi/numero4/borda.htm

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Cadenas de valor y conformación de clusters productivos. El valor de los conocimientos científicos y tecnológicos para la promoción de las ventajas competitivas https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/11/cadenas-de-valor-y-conformacion-de-clusters-productivos-el-valor-de-los-conocimientos-cientificos-y-tecnologicos-para-la-promocion-de-las-ventajas-competitivas/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/08/11/cadenas-de-valor-y-conformacion-de-clusters-productivos-el-valor-de-los-conocimientos-cientificos-y-tecnologicos-para-la-promocion-de-las-ventajas-competitivas/#respond Sun, 11 Aug 2019 21:50:22 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1218

Por Eugenia Huinchulef

En la actualidad, las actividades productivas se desenvuelven en un escenario económico mundial caracterizado por procesos de globalización y de intensificación de la competencia, avances tecnológicos, aumento de las exigencias de los consumidores y cambios en los modelos de legislación y regulación. Esta dinámica requiere de empresas y empresarios con una visión alternativa a lo conocido, que a través de una dialéctica de conocimiento y creatividad puedan dan respuestas a ese nuevo mundo que los rodea.

Los productos actuales se caracterizan por la complejidad que suponen, que se expresa por la cantidad de disciplinas distintas que confluyen en su elaboración. También se debe tener en cuenta la velocidad de reemplazo de un producto por otro nuevo, lo cual se mide a través de la tasa de cambio, en el marco de obsolescencia que incluso está programada para una duración específica.

En este contexto, la competitividad ya no puede ser pensada como un fenómeno que depende sólo de factores económicos, sino que se debe tomar conciencia de la importancia de innovar. Y de que este proceso no se puede emprender en aislamiento. En este marco, el grado de desarrollo del ambiente local adquiere un importante rol para la creación de ventajas competitivas. Esto quiere decir que los actores que las empresas deben formular estrategias para relacionarse con sus competidores, proveedores, institutos de investigación y desarrollo, universidades, -entre otros-, sin los cuales los procesos innovativos serían más lentos y de menor alcance. “El desarrollo tecnológico es un proceso complejo, en el que participan numerosos agentes e instituciones, y en el que los elementos técnicos que lo constituyen no pueden ser disociados del tejido social o empresarial en el que se desarrollan. El desarrollo tecnológico forma parte de un conjunto en el que son componentes fundamentales los sistemas de formación, la cultura de la sociedad y los sistemas de gestión empresarial”, afirma la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico [1].

Moverse en un ambiente que prioriza el conocimiento como eje de transformación y en el cual se asignan inversiones para la investigación científica y tecnológica es fundamental, dado que los aportes para la resolución de problemas son dinámicos y abordados en equipos interdisciplinarios, que van generando una dinámica de trabajo cada vez más especializada en un rubro. Esto, a su vez, permite identificar nichos potenciales donde volcar estrategias que diferencien de los competidores.

La formación de la cadena de valor

Al emplear estrategias corporativas, las empresas organizan una cadena de valor con el objetivo de conseguir ventajas competitivas. Este concepto fue introducido por Michael Porter [2] para analizar las distintas actividades de la empresa (diseño, marketing, desarrollo tecnológico, gestión de los recursos humanos) con la finalidad de descubrir dónde y cómo se pueden obtener las ventajas competitivas.

La cadena de valor forma parte de una corriente mayor de actividades que se denomina sistema de valor, que incluye las cadenas de valor de los proveedores, distribuidores y el comprador final. La ventaja competitiva se alcanza cuando una empresa puede gestionar de manera eficiente este sistema que incluye: actividades primarias (creación física del producto, su venta, la transferencia hacia los consumidores y el servicio posventa); actividades de apoyo (abastecimiento, gestión de la información e infraestructura: actividades de compra de insumos, administración general, la planificación, las finanzas, la contabilidad y los asuntos legales y gubernamentales); desarrollo de los recursos humanos, capacitación y entrenamiento (normalización y búsqueda de calidad en todas las actividades de la empresa) y actividades estratégicas, entre las que se incluyen la gestión de la tecnología – administración integral de cada uno de los aspectos tecnológicos que inciden en los atributos competitivos y en la productividad de la empresa- y la gestión de la organización y gerencia general, centradas en actividades encaminadas a alcanzar un ambiente laboral eficiente [3].

Cabe destacar que el buen funcionamiento de la cadena de valor depende del correcto desempeño del entorno regional y del país en el que se localiza. En este marco, la gestión de los procesos de innovación también requiere de políticas públicas que aumenten el potencial nacional y desarrollen una cultura empresarial y académica para reforzar la competitividad de las empresas.

Se requiere de una decisión política que permita identificar áreas de trabajo susceptibles de cooperar con el sector productivo, aportando la formación de recursos humanos, los resultados de trabajos científicos para identificar nuevos problemas de conocimiento y los avances en el diseño de prototipos que mejoren la productividad. En muchas oportunidades el mundo académico se observa en un sitio alejado respecto de las empresas orientadas a los servicios y a la producción. Se deben crear estructuras para fomentar el intercambio entre instituciones orientadas a áreas de trabajo en común.

Clusters y Networking: el rol de las instituciones vinculadas con la producción de conocimientos

A nivel internacional, el desarrollo de vínculos entre empresas de distintos tipos, de organizaciones de investigación con el sector empresarial o de centros de apoyo y universidades lleva a la creación de lo que se denomina clusters y networking. Los clusters (‘agrupación’ o ‘racimo’) adquirieron renombre a partir del trabajo de Porter [4] sobre la ventaja competitiva de las naciones. Se producen cuando existe una agrupación de empresas, centros de investigación y organizaciones de apoyo vinculados con una determinada actividad (por ejemplo, alimentación, salud, turismo, diseño, etc.). En cuanto al término networking, se utiliza para referirse al fenómeno de trabajo en redes de cooperación.

Ambos términos suponen la captura de todas las formas de conocimiento compartidas e intercambiadas entre los distintos componentes de la cadena de valor. Esto se lleva a la práctica cuando se pueden identificar dinámicas propias de distritos o parques industriales, que concentran un modo de organización local basado en pymes industriales y de servicios -con fuertes articulaciones entre sí y con las instituciones y organizaciones locales- que es capaz de insertarse competitivamente en mercados internacionales. Esta dinámica centrada en la innovación local puede generarse de diversas maneras: a) por nacimiento espontáneo; 2) organizado a partir de la descentralización de una gran empresa; y 3) a partir de una combinación de las alternativas anteriores.

Se puede afirmar que la atmósfera industrial es previa a la formación del distrito y se sustenta en valores sedimentados y compartidos en una comunidad, en los que la promoción de la innovación y la gestión de la tecnología deben ser el eje a partir del cual se articule la contribución de cada actor. Es importante generar espacios de interacción donde se evalúe de qué manera las universidades y centros de investigación pueden tener una participación concreta para favorecer la búsqueda de respuestas necesarias para el fortalecimiento de una producción que debe enfrentar cada vez más desafíos en materia de competitividad.-

[1]. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Dynamising National Innovation Systems; Paris, 2002.

[2] y [4]. PORTER, Michael. La ventaja competitiva de las Naciones. Vergara Editor S.A, 1991.

[3]. MARTINEZ PAVEZ, Carlos. Carpeta de trabajo de Problemas actuales de la innovación y la competitividad. Maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Universidad de Quilmes. Marzo de 2002.

 

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Para muestra basta un CV https://atriaconsultora.com/index.php/2019/06/25/para-muestra-basta-un-cv/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/06/25/para-muestra-basta-un-cv/#respond Tue, 25 Jun 2019 16:54:28 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1114
Curriculum Vitae by Nick Youngson CC BY-SA 3.0 Alpha Stock Images

por Leticia Lizondo

Según el Diccionario de la Lengua Española, curriculum vitae significa literalmente “carrera de la vida” y refiere a la “relación de los títulos, honores, cargos, trabajos realizados, datos biográficos, etc., que califican a una persona”.

Más conocido como CV, se trata de nuestra tarjeta de presentación laboral y/o académica, y la herramienta clave que permite comunicar puntualmente qué sabemos (PRESENTE) y qué hicimos (PASADO), pero también tiene el potencial para expresar qué podemos hacer (FUTURO). Por esta razón, el cv no debe pensarse para conseguir trabajo, sino para que quieran saber más sobre nosotros, en persona, porque ahí es donde se multiplican nuestras posibilidades.
Como todos sabemos, la comunicación interpersonal tiene una riqueza de elementos que permite construir un concepto más amplio de lo que puede lograr la palabra escrita: comunicación gestual, tono de voz, postura corporal, contacto visual, diálogo espontáneo.
Por lo tanto, el objetivo debe ser pasar a esta etapa. El cv es el primer paso y representa una oportunidad única para causar LA primera impresión.

Para lograr una entrevista personal, no sólo importa el contenido de nuestro cv sino también la forma en que lo comunicamos y distribuimos, que no es ni más ni menos que el primer paso de nuestra presentación.
Sin embargo, a veces se comete el error de subestimar la dedicación y cuidado que requiere este paso fundamental, que puede determinar tener o no la oportunidad que buscamos.

Respecto al contenido, existen infinidad de distintos formatos que pueden usarse para organizar la información de nuestro cv. Aunque suele usarse siempre el mismo, es conveniente tener en cuenta que cada situación requerirá una versión diferente, porque la misma “receta” no funciona igual en todos los casos, sino según varios factores:

  • el perfil de empleador: sería útil investigar quién es, recorrer su sitio web, leer su misión y objetivos, ver su presencia en Internet y en las redes sociales. Por ejemplo, si se trata de una empresa especializada en TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) sería conveniente hacer énfasis en nuestras capacidades y habilidades relacionadas con esto; si se trata de un empleador relacionado a la parte comercial y de ventas, podemos incluir sólo antecedentes vinculados,
  • la vacante laboral específica a la que nos postulamos: de acuerdo al perfil que se busca podemos seleccionar cuáles antecedentes y habilidades incluir o resaltar,
  • el puesto laboral que buscamos: incluir en el mail de presentación y/o cv un párrafo breve pero contundente en el que detallemos nuestro objetivo laboral o lo que podemos ofrecer.

La extensión del cv siempre genera dudas, ¿es más valioso un cv de 10 páginas o de 1 página?, ¿es conveniente incluir todos los cursos de capacitación y todos los antecedentes laborales? Hay que tener en cuenta que ante una vacante laboral ofrecida, los empleadores suelen recibir una cuantiosa cantidad de cv y necesitan determinar rápidamente si un candidato reviste interés o no para el puesto.
Estos tips pueden ser útiles:

  • es conveniente que el cv tenga dos páginas como máximo,
  • incluir capacitaciones, formación y antecedentes de los últimos dos o tres años,
  • si el cv es más extenso, la parte más interesante deberá estar en la(s) primera(s) página(s),
  • no incluir capacitaciones y formación de muy vieja data, que hayan perdido vigencia o no tenga sentido especificarlos actualmente, por ejemplo curso de operador de pc,
  • indicar datos completos de contacto, incluyendo una dirección de correo electrónico cuyo nombre de usuario, en lo posible, sea o incluya nuestro nombre y apellido; evitar nombres más íntimos o muy informales (lamejordetodas1@hotmail.com, cucurucho@gmail.com, pepedeamerica@yahoo.com.ar),
  • revisar cuidadosamente la ortografía y sintaxis de lo que escribimos.

Es conveniente también buscar un elemento diferenciador como incluir un párrafo hablando sobre nosotros mismos, nuestros objetivos laborales y ambiciones de mejorar nuestras capacidades y habilidades. Esto expresa que sabemos quiénes somos y qué podemos hacer.

Como mencionamos antes, la forma en que comunicamos y distribuimos nuestro cv también forma parte de nuestra presentación:

NOSI
enviar un mail vacío (sin texto ni asunto) adjuntando sólo el archivo del cvindicar brevemente en el asunto del mail el motivo de nuestra comunicación y en el cuerpo del mismo, saludar y explayarnos un poco más indicando nuestra intención, agradeciendo la atención y oportunidad.
usar un nombre inadecuado para el archivo del cv (Documento sin título.pdf, cv.pdf, curriculum.doc)usar un nombre para el archivo del cv que incluya nuestro nombre, apellido y año en curso
enviar el cv a cualquier dirección de correo electrónico que podamos conseguiraveriguar una dirección de correo electrónico del sector de Recursos Humanos del empleador o buscar en el sitio web un formulario donde adjuntar el cv

Y, por supuesto, no podemos dejar de lado el potencial de las redes sociales, especialmente aquellas pensadas para la búsqueda laboral como LinkedIn. En ella podemos ser más extensos en la información que deseamos incluir sobre nosotros y, por ejemplo, distribuir una versión breve de nuestro cv e incluir en el mismo un enlace a nuestro perfil completo en la misma. A futuro en Atria Consultora escribiremos más en detalle sobre esta interesante red social y todo lo que puede ofrecernos.

¿Habías pensado en todas estas cuestiones antes de preparar o enviar tu cv?

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https://atriaconsultora.com/index.php/2019/06/25/para-muestra-basta-un-cv/feed/ 0 1114
Aprender a fomentar la innovación como ventaja competitiva https://atriaconsultora.com/index.php/2019/06/03/aprender-a-fomentar-la-innovacion-como-ventaja-competitiva/ https://atriaconsultora.com/index.php/2019/06/03/aprender-a-fomentar-la-innovacion-como-ventaja-competitiva/#respond Mon, 03 Jun 2019 16:40:34 +0000 http://atriaconsultora.com/?p=1073

Por Eugenia Huinchulef

¿A qué se llama innovación? ¿Qué tipos de innovación existen dependiendo del factor que las origina? ¿Qué procesos entran en juego para que la dinámica de una innovación pueda llevarse adelante de manera efectiva? La innovación es una construcción social, y hoy abordamos algunos conceptos para entender cómo se puede alcanzar.  

Tradicionalmente se ha observado al proceso de producción como el resultado de transformar materias primas utilizando energía, trabajo y productos elaborados y a la tecnología como un conocimiento estático y disponible en el momento en que se la necesitara. Es así que se planteó un modelo lineal de innovación: el cambio tecnológico visto como un proceso unidireccional, que iba desde la investigación básica hasta el surgimiento de aplicaciones prácticas, luego destinadas a la producción de nuevos bienes y servicios y a su comercialización.

En contraposición, desde fines del siglo XX y de la mano del surgimiento de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), se ha comenzado a asignar un rol clave a los procesos de aprendizaje que desarrollan los integrantes de las organizaciones y que pueden confluir en la generación de ventajas competitivas -entendidas como la diferenciación respecto de los competidores a partir de agregar valor, una mirada única y particular, a los servicios o productos-.

El origen de la innovación

Las personas y las organizaciones tienen posibilidades de innovar en la medida en que puedan generar aprendizajes tecnológicos exitosos. Para ello se requiere la adquisición de saberes técnicos que ya se encuentran incorporados en materiales, máquinas, componentes y productos finales, pero también conocimientos no explícitos, orientados a la capacidad de resolución de problemas y a la habilidad para vincular situaciones y para interactuar con otros integrantes de la organización. Estos saberes son específicos de un grupo o entidad determinado, no se pueden “adquirir” en el mercado y constituyen un punto clave en la creación de diferencias tecnológicas y ventajas competitivas. Esto significa que en cada organización deberían ser tomadas en cuenta las capacidades de los individuos que los integran y sus aportes específicos -conocimientos, rutinas, procedimientos, habilidades, know-how [1]-. Cuando una entidad llega a transformar los saberes utilizando aprendizajes formales e informales, con el objetivo de diseñar e implementar estrategias, respuestas y acciones coherentes con el nuevo escenario, se puede decir que alcanzan capacidad innovativa.

Promover la innovación

Las ventajas competitivas tienen una naturaleza dinámica. Por lo tanto, las entidades que apuntan a idear, planear e implementar desarrollos y mejoras de productos y procesos, realizar cambios organizacionales, desarrollar nuevas formas de vinculación con el mercado, integrar procesos de cooperación y vinculación con otros agentes (redes) y/o instituciones, generan más oportunidades frente a sus competidores.

Cabe destacar que una innovación es un proceso que sólo se lleva adelante cuando es aceptado por el mercado o por usuarios / consumidores, que se puede clasificar en distintas tipologías [2]:

  • Innovaciones de producto: introducción de nuevos productos o de cambios en los que ya existen.
  • Innovaciones de proceso: cambios en los modos en que se lleva adelante la producción.
  • Innovaciones tecnológicas: cambios en los procesos productivos y comerciales, que surgen tras la utilización de una tecnología como medio para introducir un cambio en la organización.
  • Innovaciones organizacionales: nuevas formas de estructuración de los procesos de organización bajo la cual se desarrolla la actividad productiva y comercial de una entidad. Es un tipo de innovación que posibilita un mayor acceso al conocimiento y un mejor aprovechamiento de los recursos materiales y financieros.
  • Innovaciones incrementales: cambios que suceden en el tiempo, por acumulación de conocimientos; se producen cuando se agrega, quita o suplanta una parte a un producto o servicio.
  • Innovaciones radicales: implican una ruptura con lo establecido. Son innovaciones que crean nuevos productos o procesos, que no pueden entenderse como una evolución de los ya existentes.
  • Innovaciones genéricas: son tecnologías de amplia difusión y vastos alcances.
  • Innovaciones específicas: conocimiento relativo a las “maneras de hacer las cosas”, muchas veces producto de la experiencia de individuos concretos.

De esta manera, los procesos de innovación implican un extenso proceso evolutivo y deben ser interpretados como resultado de una construcción social compleja que requiere de tiempo y planificación.

La gestión de las tecnologías y la innovación

Es importante prestar atención a las innovaciones de tipo organizacional, que pueden representar la implementación de técnicas avanzadas de gestión, la incorporación de estructuras organizativas nuevas o el desarrollo de orientaciones estratégicas novedosas. Asimismo, también se debe prestar atención al proceso de difusión de conocimientos que se efectúa dentro de cada organización, o sea, la manera en que adapta las tecnologías a sus necesidades y las utiliza con eficacia. El potencial innovador debe ser observado como un recurso más en una organización y, al igual que las capacidades financieras, comerciales y productivas, debe ser gestionado de manera rigurosa y eficiente.

Por gestión de la innovación se entiende el proceso orientado a planificar y dirigir los recursos disponibles -tanto humanos, como técnicos y económicos- con la misión de aumentar la difusión de conocimientos y generar ideas que permitan obtener nuevos productos, procesos o servicios, o mejorar los que ya existen. La eficacia de una gestión de la innovación tecnológica dependerá de que se proteja el patrimonio tecnológico de la empresa y se patenten las innovaciones propias, pero también de que se actualicen constantemente los conocimientos, de manera que se torne compleja la imitación.

Innovar para cosechar futuro

En la actualidad, la mayoría de las organizaciones sociales y empresas enfrentan incertidumbres en un escenario económico mundial caracterizado por los procesos de globalización y de intensificación de la competencia, avances tecnológicos, aumento de las exigencias de los consumidores y cambios en los modelos de legislación.  En este contexto, no se puede innovar en el aislamiento. Las organizaciones deben formular estrategias para relacionarse con sus competidores, proveedores, institutos de investigación y desarrollo, universidades, -entre otros-, sin los cuales los procesos innovativos serían más lentos y de menor alcance. Entender la innovación como una instancia de construcción compleja, que implica dinamizar la adquisición de conocimientos y tecnologías nuevos y adaptarlos a la idiosincrasia propia de la organización, es la llave de crecimiento que permite la permanencia en el mercado, la competitividad y la creación de prestigio. Valorar los conocimientos ya adquiridos a nivel institucional, y lograr un correcto registro y difusión de los mismos es un baluarte que debe conservarse siempre como guía para el cumplimiento de la misión de la organización.-

[1] LÓPEZ,  Andrés.  “La reciente literatura sobre la economía del cambio tecnológico y la innovación: una guía temática”, I&D. Revista de Industria y Desarrollo, Año 1, N° 3. Buenos Aires, Septiembre de 1998.

[2] YOGUEL, Gabriel y GUTMAN, Graciela. Economía de la tecnología y de la innovación. Carpeta de trabajo. Maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Universidad de Quilmes. Agosto de 2000. 

 
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